Ha pasado sólo un mes

Nuevamente sonó el despertador, otra vez no estabas aquí… Parece tan lejos ese momento donde tu voz se apagaba del otro lado del celular: «De mí ya no hay nada más que dar».

La escucho todos los días, cerca, lejos, fuerte, al oído. Pero la pregunta continúa sin respuesta… ¿De verdad te has ido? ¿En dónde quedaron todos nuestras caricias, dónde guardaste todos los recuerdos que aún encuentro regados por la calle? Todos los días me encuentro lugares, olores, vistas… Todo me recuerda a ti. Y es que te llevaste tanto que no encuentro cómo cubrir lo que hace falta.

¿Hace cuánto que te fuiste? ¿Hace cuánto que no sé de ti ? A mí ya me parece una eternidad y este sentimiento parece no dar tregua, parece no entender que ya no volverás. Caminar, sin voltear, sin dudar… «En algún momento se van a encontrar», tantas palabras de gente que sólo quiere ayudar sin ver que esta vida es un desastre total.

¿A quién te acercas tú para escuchar tus necesidades? ¿Quién es tu motivo de inspiración para salir adelante? ¿De qué te valiste tú para alejarte de lo que la gente tachó de una relación enferma? La gente, la gente, esa que es buena para ayudar… Aunque su vida esté peor que la tuya.

Caminamos para alejarnos, tú a la derecha, yo a la izquierda, caminamos sin voltear atrás. Lo hicimos todo el tiempo sin pensar que la tierra es redonda y nos volveremos a encontrar.

A todo esto, sólo es un mes de tu partida, es sólo un mes que no sé de ti. Sí, viví 33 años esperándote llegar…¿qué son sólo 30 años más?