A veces… La soledad pesa

No necesito a un hombre a mi lado para ser feliz. Tantas caídas me han hecho amarme más que los doce psicólogos que he visitado, más que las decenas de libros de superación personal que me han regalado, más que los muchos cursos espirituales que nunca he tomado, pero que me harían buena persona uno o dos días y luego sería la misma.

He aprendido a aceptarme así como soy y también acepté el hecho de que mi forma de amar es antigua y que no existe ese amor inmortal que trasciende una vida y la otra. He aceptado que mi vida no es una novela y que mis sueños existirán sólo en escritos, fotografías mentales que alimentarán los sueños de alguien más. Pero a decir verdad, en noches como hoy, en esta tenue luz de la pequeña y danzante llama de esta vela, en esta sola y vacía habitación; a veces pesa demasiado la soledad.

A veces quisiera saber que hay alguien más aparte de mí con quien pueda contar. Alguien que me dé un abrazo y limpie mi llanto. Que sea la tranquilidad después de la tormenta. Alguien que me dedique una canción, alguien que discuta conmigo y mitigue mis ansiedades. Quisiera a alguien que me haga sonreír con una frase bonita, alguien a quien haga reír con una mirada.

Alguien a quien escribirle una carta y con quien mirar las estrellas. Tomarle de la mano y caminar bajo la lluvia, beber una cerveza y comer una pizza. Alguien que adore mis manías aunque sean molestas. Que me espere en casa, a quien llamarle cuando se ha tenido un mal día, alguien que como yo, lo de todo sin tapujos ni complejos. Alguien que me tome en su cuerpo y me haga el amor. Que sienta el deseo tan intenso como yo. Que haga el amor y no sólo tenga sexo.

A veces la soledad pesa, aunque ya no extrañe a quienes afortunadamente ya se fueron, pero una almohada vacía, puede doler más que el adiós en sí mismo. Sigo viviendo con o sin alguien el problema es que la soledad es sabia cuando se necesita, y corrosiva cuando el tiempo pasa, cayendo en la cuenta de que el amor de «mis mortales e inmortales» plasmado en los libros no existirá jamás.

Hoy la soledad pesa. Hoy como tantas otras veces comprendo que mi destino es muy cruel, que ser complicada, caótica, apasionada y soñadora, me han llevado al único lugar donde tendría que llegar, a días como hoy en que duele tanto… Estar sola.

Publicado por

Edith Neri Lic. En Ciencias de la Comunicación. Amante de la lectura, el cine y la música. Amante también de lo gótico, terror y suspenso. Enamorada del amor y la muerte. Mi pasión escribir. Mi cita favorita " ...Todo lo que he amado, lo he amado solo" (Fragmento del poema "Alone" de Edgar Allan Poe)