A veces las segundas oportunidades, son muy buenas

¿Qué hacer cuando las alas del alma se resquebrajan?; ¿Cuándo ya no puedes alzar el vuelo y empieza a oxidarse el corazón?; ¿Qué hacer cuando la tristeza se apodera poco a poco de tu vida y se hace permeable como la humedad y se mete en cada rincón, en cada espacio con luz, dejando sólo frío y soledad?

¿Qué hacer cuando de tantas lágrimas se secan los ojos, agrietándose, envejeciendo, llenándose de telarañas que nublan por completo la vista haciendo imperceptible la luz del sol?

¿Qué hacer entonces cuando cada suspiro duele tan hondamente que parece penetrar hasta las entrañas deshaciéndolas por completo?

¿Qué hacer cuando tu único recuerdo parece desaparecer lentamente, borrándose de tu memoria dejando sólo un hueco que parece nunca se va a volver a llenar?

Cuando todo está perdido, cuando la vida parece haber terminado,siempre habrá una segunda oportunidad; sí, suena imposible, pero siempre hay una segunda oportunidad, de vivir, de reír, de amar.

Una segunda oportunidad de volver abrir las ventanas y renovar ese espacio humedecido por la melancolía; una segunda oportunidad de volver a ver quien eres realmente, esa persona gris y cobarde sólo es una fachada agrietada que, después de restaurar deja ver el ser humano lleno de virtudes que se llegó a perder en algún momento, pero que ya esta encontrando su camino; un camino que se ira forjando lentamente, pero siempre seguro; que para todo hay una segunda oportunidad que nos haga abrir bien los ojos.

Libres de esas nubes opacas; para ahora sí observar a detalle cada sonrisa, cada lágrima, cada destello del sol así como cada llovizna que impida hacer brillar el alma de quienes estén a nuestro alrededor, de esas personas que su brillo de alma merezca estar presentes en esta nueva vida… En este nuevo chance que todos tenemos pero pocos saben aprovecharlo. Llámalo, suerte, destino, lo que gustes… En fin, lo único que debe importar, es que es un nuevo comienzo…