Al cabrón que me enamoró
Al terminar, yo creí que terminaríamos en paz, que ambos trataríamos de seguir adelante aunque fuera difícil no estar juntos. Lo que yo no sabía es que me veías la cara de estúpida, idiota e ingenua.
Pues tú no tratarías de seguir adelante, ya lo habías hecho desde antes de separarte, o dime ¿quién es esa que presume ser tu novia? quien me dijiste que era sólo una broma.
Te creí una, dos, tres veces. Justifiqué ante los demás tus actos y así es como me vienes pagando por defenderte y dar la cara por ti… por amarte. Pero está bien, me lo gane por entregar mi corazón a un cobarde.
Un cobarde que no tiene el valor de decirme de frente que no me ama y que tiene a alguien más en la mente. Un hipócrita que besaba mi boca y me daba ramos de rosas mientras estaba acostándose con otra.
Quien predicaba unos Te amo tan falsos, vacíos e inhumanos. Un chico de corazón frío y podrido, alguien que no sabe amar ni lo que ha perdido. No porque yo sea lo mejor que puedes encontrar, sino porque el amor que yo te ofrecí nadie te lo ofrecerá igual.
Te agradezco por enseñarme que cualquier cabrón bonito puede tratarme pero sólo un hombre de frente va a hablarme.
No te deseo el mal, espero que algún día llegue ese alguien, ese alguien especial que tu forma de vida haga cambiar; pero hoy recoge tus cosas que el amor y cariño que te guardaba se esfumaron.
No queda nada aquí para ti. Así como no queda nada para mí en ti.