Albercas sin agua
Terminé aventándome contigo a una alberca sin agua. Fue una decisión en un inicio simple y con un resultado bastante predecible, un tremendo golpe que probablemente crearía un gran charco de sangre en donde no habría auxilio suficiente.
Yo no sabía nadar y estaba nadando en las albercas de tu amor, las cuales ya no tenían agua.
De muertes verdaderas, de muertes inconclusas, de confesiones misteriosas antes del último aire, de mentiras reales a punto de desaparecer y de falsedades existentes sin oportunidad a desmentir… pero ¿de albercas sin agua?
¿A quién se le ocurre una alberca sin agua para morir?, a mí no se me había ocurrido eso, no al menos hasta que te conocí, traté de explicártelo pero no pude lograr hacerlo a tiempo, quizá.