«Alguna vez…» Una muy interesante historia
Durante la tarde de fiesta de un poblado inexacto en una fecha cualquiera, lo único seguro son dos personajes que entraman esta historia y el lago que la precede.
Dos almas dolientes rescatadas por noches teñidas de risas y alcohol, se encuentran en medio de una fiesta en la que no existe motivo, sólo gente, sólo música, sólo alcohol y humo; humo de tabaco, él después de haber tenido sexo con un personaje que había sido también invitada a la fiesta -y que realmente no tiene algún lugar en estas letras y no volverá aparecer en ellas jamás, dado que tiene las propias- la encuentra con un cigarrillo en la mano izquierda mientras el brazo derecho cubre al izquierdo en la muestra del frío que ella sentía, mientras se acercaba Fermín -que es como él se hace llamar-
Helena -que es como en verdad se llama- giraba a su espera, descalza Helena Fermín pregunta por qué, y sólo contesta que esos zapatos no le van, y así ella sin zapatos a las 2:30 am siguen su charla –decir de qué hablaron está de más, de esas cosas de la vida en las que cada uno es bueno, de esos demonios que por ahora nos hacen agonizar, de esa vida allá después de la fiesta a la que no se quiere retornar, de esos amores que no están y si lo hacen, sólo es para molestar; de esa búsqueda de soledad acompañada, de viejos amigos y nuevos, quizá de sus ángeles o su mismo suplicio.
Charlaron de sus viejos que eran distintos a morir, de la luna, de sus músicos, de sus musas, de su gusto por algunas letras, hablaron de todo- comenzando todo en la madrugada en la cual la luna aún adornaba un cielo limpio de nubes.
Entre tragos, humo y risa llegó el día brillando totalmente en aquel lago mágico y así el retorno de aquellas almas ebrias al infierno personal. Podemos decir entonces que aquellas noches ebrias son el paraíso para los atormentados; Fermín y Helena se despidieron creyendo que algo vendría después para ellos…
Pero, jamás pasó nada, se encontraron después, él con su antigua novia que se largará pronto y ella con aquel tipo que después de la charla con Fermín no quiso tener jamás, pero el miedo a la soledad en la que no se tiene la compañía, los hizo claudicar.
Es por eso, que a veces el amor es instantáneo, que se pretende definirlo con el tiempo y es el mismo tiempo que perdemos encontrando motivos más valiosos, que los que nos hicieron poder enamorarnos al instante; hablar de amor es igual que hablar de la nada, porque al final todo, absolutamente todo se reduce a la nada.
