Ámate a ti, antes que a los demás…
Cuando somos niños, nos enseñan a querer a nuestros padres, a nuestros familiares, a los amigos de nuestros padres e incluso a nuestras mascotas…
Nos enseñan, que el amor es hacia los demás pero jamás nos dicen que debe de iniciar por nosotros mismos. Esta es una de las razones por las cuales, al llegar a una edad adulta… nos hace buscar asilo en otras personas al grado de depender de ellas emocionalmente.
Quizá el niño del colegio, algún familiar, compañero de trabajo o incluso tu pareja, te atrapan en una serie de «afirmaciones» que al ser repetitivas, se vuelven una realidad para ti.
No por el hecho de que estos calificativos vengan de alguien cercano, quiere decir que debes tomarlo como algo correcto. Date tiempo para conocerte, para ver todas esas cualidades que has ido desarrollado y con las que fuiste dotado. Cuando descubras lo que sí eres, este tipo de comentarios de terceros, sólo quedarán en eso, simples comentarios.

No seas víctima de tu vida; priorízate tú antes de amar a alguien más… si no lo haces ahora, el ciclo se repetirá una y otra vez. Que tu primer amor no sea ese chico o chica del colegio, el primer amor debes de ser tú. Si permites que alguien más lo sea, esa ilusión inicial será una desilusión al final.
Si no sabes por dónde empezar a conocerte, Pregúntate las veces que has llorado por culpa de alguien ¿qué fue lo que te dijo o lo que te hizo? Parte de ahí y si te ofendió, analiza y verás que está en un error.
Eres un ser lleno de cualidades, reconócelas, están ahí por y para ti…
Amar es una bendición, amarnos debería ser una obligación.
-Alan Reyes