Aquellas fotografías…
Las personas de hoy día, se están retratando, retratan los momentos y esto es bueno, porque lo bueno hace historia y las historias están hechas de lo bueno y lo malo, de lo memorable, de aquello que nuestras mentes no pueden borrar ni olvidar fácilmente, como se elimina lo que ya no queremos más en nuestro celular.
La mejor cámara que puedo poseer es mi mente, está equipada con la lente de mis ojos que mis pupilas contemplan los pasares de la vida y guardando así lo que más me agrade. En lo personal puedo embriagarme de sonrisas, porque no hay sonrisa mala ni fea, sólo existen quienes no saben poner una sonrisa en el rostro de quien ha llorado y quienes no son capaces de tomarse un segundo de su tiempo para llenarse de felicidad, aunque sea absurdo el motivo para sonreír.
Cada fotografía lleva transmisión y dirección, y hasta una dedicatoria; algunas con tan sólo darles un vistazo nos pueden contagiar de felicidad; pero también están las que reflejan tristeza, unas pueden ir a la calle del enojo o van a la avenida amargura, otras provenientes de la colonia depresión; pero cabe destacar que todas contienen más de mil emociones.