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Y no supe qué decir, simplemente me quedé helada. No había permitido entrar nada más en mi corazón, había dejado de lado los sentimentalismos, las palabras dulces y los días de luz; me enfocaba en largas jornadas de trabajo y un sinfín de tazas de té sin terminar… hablando sola a mitad de la calle y estando tan distante con mi propio mundo.
Pero algo cambió en mí, ya había sufrido suficiente y estaba harta de llorar por el pasado, ya era momento de dejar todo atrás y estaba dispuesta a no ser fría como antes, darme la oportunidad de encontrarme y construir un nuevo comienzo.
Y sé que me ha costado trabajo volver a creer en alguien, volver a abrir el corazón sin temor a ser lastimada, pero me quise dar esa nueva ilusión. Sé que soy necia y muchas veces contesto mal y otras tantas veces de plano no recibes respuesta. ¡Sí! Soy un caso perdido que quiere volver al camino, alguien que no entiende razones y no acepta que se ha equivocado tan fácilmente, pero ésto que ves es lo más cercano a lo que puedo ofrecerte.
Habrá días felices y otros días complicados; cantar por las mañanas o leer un libro de poesía y en el peor de los casos estar atada a la cama, hundida en la almohada, ahogando mi dolor.
Te brindaré momentos inolvidables, algún mensaje con mi mejor caligrafía esperando en tu buró e instantes en los que querré salir corriendo y te diré que lo intenté, que no podré levantarme y ojalá logres perdonarme, pero no es mi intención confundirte; lo que realmente quiero es sentirme segura y que veas lo que puedo brindarte sin tener miedo a fracasar de nuevo, que habrá muchas más ocasiones en que me verás distante y algunas pocas demasiado atenta, pero ten por seguro que los días en que esté luchando, será para mejorar,