Compañeras de vida
Creo en la teoría de que en nuestra vida conoceremos a nuestra alma gemela, nuestra otra mitad; y no me refiero a ningún hombre, porque en ese caso lo llamaría amor u hombre de mi vida. Estoy hablando de esa persona que conociste y que probablemente al inicio no te cayó bien, pero sin imaginarlo se metió en tu vida y se convirtió en una de las personas más importantes que compartirán contigo. Se volvió tu inseparable. Es ella la que te ha acompañado en todo momento, siempre que la has necesitado; porque sabes que sin importar que esté haciendo o donde esté, la podrás llamar y ella estará contigo en menos de cinco minutos.
Es aquella persona que ha estado en los momentos más incómodos. Es tu persona, tu amiga, tu compañera de vida.
Para ti:
Gracias por ser como eres, porque me dejas ser yo sin importar lo que puedas pensar, porque eres totalmente sincera sin importar si me hieres o no, porque sé que lo haces por mi bien; gracias por todos esos consejos no escuchados, por todas esas veces que me dijiste lo que estaba mal y no hice caso, hoy sé que tenías tanta razón, porque cuando una amiga te dice: «NO TE CONVIENE«, siempre, o casi siempre, tiene razón.
Gracias por estar conmigo en los momentos más felices, y también en los más tristes, y en los que más te he necesitado, gracias por abrazarme cuando era necesario, por secar mis lágrimas y por llorar junto a mí, por burlarte en situaciones vergonzosas y por pasar los osos más grandes junto a mí.
Gracias por escucharme, por no aburrirte si te hablo de una persona, por aguantar mis estados de humor románticos, amargados, tristes o déspotas.
Gracias por ser la persona más buena, trabajadora, sincera y directa que conozco, la menos vergonzosa y la que jamás sabe qué poner en los mensajes de texto. Gracias por todas las risas y por las peleas, por no dejarme caer o por acostarte conmigo mientras puedo levantarme.
Gracias porque tenemos los mismos gustos musicales, de comida, de películas y gracias por no tener los mismos gustos en hombres; porque ya sabemos qué dirá una, porque sabemos lo que pensamos y porque sin saber ya conocemos las reacciones y gustos de la otra.
Gracias por seguir mis locuras, no sé que haría sin ti en esos momentos. Gracias por hacer este tiempo que parezca mucho más, gracias por la confianza, gracias por aquél día haber decidido pedirme ayuda, porque nuestra amistad nació desinteresadamente.
Gracias porque sé que nuestra amistad es para siempre, porque juntas nos haremos viejitas y veremos nuestras familias crecer, gracias por recordarme que no debo de preocuparme por la opinión de los demás y que sólo debo de preocuparme por quien en verdad me quiere: Gracias por regresarme a la tierra cuando ando en las nubes y sobre todo, gracias siempre gracias por hablarme con la verdad.
No somos amigas.
Somos compañeras de vida.