Cuando éramos amigos…
Los sueños se marchitan y caen como hojas en otoño, estoy cansado, mi cuerpo no puede más.
Me adentro en el valle de mis emociones contemplando las cosas que siento, recordando aquellas tardes cuando caminábamos juntos tomados de la mano. Mi mundo eras en gran parte tú; pero nunca te lo decía, te amaba tanto y creo que nunca me di cuenta de lo que yo sentía por ti.
¿Recuerdas la primera vez que te bese? Te pedí que cerraras los ojos, te tomé de las manos, estabas nerviosa porque era la primera vez que me ponía tan serio y en medio de ese jardín, éramos sólo amigos, buenos amigos, pero nuestros corazones ya se habían hecho uno solo. Entonces me acerqué a ti, sentiste como yo sentí, tu y mi respiración, entonces mis labios se hicieron uno con los tuyos y te encantó. Pero sólo éramos amigos y yo no quería una relación. Te quería tanto que no podía lastimarte con un noviazgo, porque eras mi mejor amiga y no quería echarlo a perder siendo tu novio.
Recuerdo aquella vez que te pedí que fueses mi novia, no lo pensaste ni un segundo e inmediatamente me dijiste que sí; pero yo de tonto me retracté y te dije que habría que pensarlo mejor. (Bobo)
Recuerdo también una de nuestras últimas charlas por teléfono. Me pusiste las cosas sobre la mesa y me dijiste que las cosas o eran calientes o frías y te pregunté que qué querías de mí. Me respondiste: Yo sólo quiero que me quieras. Colgaste el teléfono y jamás te volví a escuchar.
Ese instante en el que te perdí, me di cuenta de cuán tan enamorado estaba de ti. Pero ya era demasiado tarde…
Porque tu corazón se había quebrado en mil pedazos y mi amor no podría repararlo jamás.