Cuando te des cuenta será tarde…
Cuando te des cuenta será tarde… Cuando mis ojos te vean lo sabrás, sabrás que hubo en mí un mundo de posibilidades, que incluso asomaban ligeras dos palabras que hoy me niego a pronunciar, mientras tú entre lágrimas las matabas, yo entre sollozos las enterraba para que no pudieran salir… Derramadas ahora en el asfalto, mismo que pisas con desdén, si antes fue un «te amo», hoy puedo decir que alguna vez te amé.
Me empujaste cuando los brazos te tendí, todavía sobre mis rodillas caí, cuando los brazos bajé, mi supuesta indiferencia te dolió, mas no sabías que aquella indiferente se escudaba para no ser dañada por milésima vez; que mantenía silencio ante la sepulcral silueta formada a kilómetros; ante ese gigante guardaba terror; rehuyendo la mirada que oculta ese golpe inesperado.
«¡Mientes!» sueles decir, y en ahorro de energías callar preferí. Ansío una taza de café, la que negaste una y otra vez; esta noche la tomo con una tercera carga para mantenerme de pie. Antes fuiste mi ilusión, debes saber que te has convertido en mi decepción. Ya no temo, ya no lloro, ya no miro sobre mi hombro… Hoy y mañana sonrío, e imploro se dejen de cruzar nuestros caminos…
Vayas por tu sendero y yo por el mío, que mi corazón no es tuyo, ahora es sólo mío.