De cosas bonitas
Hablemos de cosas bonitas, simples y sencillas; por ejemplo, ver el sol colarse por la ventana, sea caricia entre las cortinas, llegue a tus bellos ojos, te haga sonreír y seas feliz en un nuevo día. Vaya manera de despertarse.
Que veas lo que no veías antes y que tu vida esté llena de nuevos paisajes que ya existían pero que tu inadecuada ceguera llenaba de candados, de los cuales no tenías llaves, pero con el tiempo conseguiste y pudiste liberarte.
Que todo el viento que sople a tu rostro sea caricia, que si hay angustia con un ligero soplo se disuelva, en días de calor se evapore, en días de lluvia corra por las calles y desaparezca en el infinito mar de tristezas colectivas, que si son días de frío se congele y jamás sienta el calor del amor, muera la angustia en tu vida y la tristeza.
Conseguir una red enorme y unas inmensas ganas de tocar el cielo. De cosas lindas, capturar estrellas debe de ser una de las más bonitas.
Que sientas que tu corazón se acelera cada que sientas mi presencia cerca, aunque así no sea, de las cosas simples y sencillas un abrazo inesperado debe de ser lo más bonito.
Que si eres imán me acerques en lugar de repelerme, que con la misma fuerza me sientas cerca de ti y hasta a veces encima. Que aunque tomar café se vuelva cotidiano, las pláticas mientras lo saboreamos maten a la monotonía. Que si no tengo casa donde dormir alguna noche, en tus brazos y pecho yo encuentro un hotel de mil estrellas.
Que si te vas lejos, regreses, aunque tarde o temprano vuelvas a marcharte, saber que vuelves siempre mantendrá una esperanza viva. Que nos rinda más el día y que no haya juicio al tiempo mal gastado, mirar, observar y perdernos en un gran beso cada tarde justo antes del anochecer. Que se cante, pero a todo pulmón, acabarnos en una noche todas las canciones de amor que nos sepamos, hacer honor al cliché de la vida es mejor cantando.
Crear nuevas maneras de tener fe, inventarnos infiernos nuevos y hacer milagros diarios, con sentido o sin sentido, pero crear magia y si podemos incluso volvernos magia misma.
Descubrir por nuestra propia cuenta que hay después del sol, ya no perdernos jamás, volver a ganar siempre nuestras batallas. De cosas bonitas para ti, te mando un texto cortito, pero muy lleno de amor. Saludos desde las inmensas montañas del norte de tu país, del que te vio nacer.
De parte de un buen ser humano, el mismo al que algún día le llamaste amor.
Contenido relacionado
Quiero ser ése clavo que nadie pueda sacar →
La carta amortiguada de un viajero →
Aquí estoy… →
