De todo a nada…
¿Cómo fue que me convertí en esto?, ¿en qué momento pasé de ser tu novia a ser la otra?
No entiendo aún por qué cuando te conocí te aferraste a mí, si cuando lograras que yo te quisiera, tu plan era huir…
¿Por qué tanto empeño en quedarte si ibas a terminar marchándote?
Cambiaste mi vida, mi manera de vivir, de creer, de pensar, modificaste mi comportamiento. Me enseñaste a disfrutar de una manera fantástica lo arrabal. Me hiciste sonreír con sólo estar abrazada a ti. Pasé de no quererte a amarte.
A tu lado aprendí que no hay mejor manera de terminar una discusión que fundidos en uno, nada mejor para secar las lágrimas que tus besos, nada servía mejor para apaciguar mi dolor que tus manos explorando mi cuerpo.
Contigo comprendí a esas mujeres que perdonan infidelidades, a esas que no tienen ojos más que para su hombre, pude entender a las que perdonan desplantes, críticas, a las que se quedan llorando tras una puerta, tras un mensaje. Pude entender esos arranques de locura que las hace buscar a su hombre tras una llamada no contestada.
Pude entender a esas mujeres a las que algún día les pregunté: ¿Por qué sigues con él?
Y también entendí su respuesta: No sé.