Dejó de existir
La tarde ha sido hermosa con la lluvia. El cielo está derramando lágrimas que yo ya no tengo dentro de mí.
Incluso percibo un olor a nostalgia al recordar lo linda que era mi vida antes de que se hiciera polvo mi corazón
y pisoteara mis pensamientos tal como una cucaracha siendo aplastada por una señora hogareña muy asustadiza.
Hoy me encuentro estable y sanando poco a poco mi interior. A pesar de que a veces me sigue invadiendo la
melancolía sin razón aparente.
Con su regreso a mi vida hace unos días de los cuales no llevo la cuenta porque no imaginé que esto pasaría, me he
vuelto una mujer con doble empleo: uno el interrogarme constantemente qué es lo que sucede con él y conmigo,
y el otro empleo es aparentar que todo está perfecto.
Me propuse volverle a amar, ingenua yo, porque nunca dejé de hacerlo. El problema está en que él no existe, ya no.
Yo amo a ese hombre que era él antes de descubrir sus constantes y producidas mentiras.
Ese hombre que hoy está actuando como siempre soñé, no lo reconozco, no le puedo amar.
Aquel hombre que tanto amé, ya no existe más.