Desnúdate mujer…
Párate ahí delante, siéntete linda, siéntete segura, siéntete orgullosa y confía en mí, te prometo que no te voy a tocar…
Desnúdate… Poco a poco, hazlo lento, siente como tu ropa acaricia tu piel al salir de ti, siéntela caer por tus piernas, despójate de todo lo ajeno a tu cuerpo, muéstrame los miedos que guardas debajo de tu ropa y también déjalos caer al suelo, déjame admirar tu naturaleza, enséñame la magia que escondes bajo la tela que separa tu cuerpo del viento, muéstrame cada centímetro de tu piel.
Desnúdate Mujer y cuando digo eso no me refiero a que simplemente te despojes de tu ropa, me refiero a que te despojes de todo prejuicio, de todo miedo, de toda duda…
Déjame ver cómo es que el creador te hizo, déjame verte sin moda, sin estereotipos y sin prejuicios, muéstrame esa belleza pura, erótica y dulce al mismo tiempo.
Quiero saber a qué huele tu piel, quiero ver cómo se ve tu silueta a contraluz, déjame recorrer tu cuerpo con mi mirada, empezando por la punta de tus pies, tus tobillos, tus muslos, tus caderas, tu abdomen, tu pecho, tu cuello… Me sentirás, lo sé, sentirás las caricias de mi mirar.
Mientras lo haces, no apartes tu mirada profunda de mis ojos, también quiero saber cómo es que se ven tus ojos desnudos, también quiero ver a través de ellos, quiero mirar el abismo que existe al final de tu mirar, porque también quiero tu alma desnuda.
Sé que al contemplar largo tiempo al hipnótico abismo de tus ojos, tú también mirarás al mío y sin querer, también me habrás desnudado, sin quitarme la ropa y yo sin tocarte, como te prometí, ya te habré hecho el amor.
Contenido relacionado
Sonríe enamorada →
Si pudiera regresar →
Una niña de 30 →
