Día 21 de 100
De nuevo inicio teniéndola en mi mente, despierto escuchando su voz y sabiendo que no está a mi lado… me hunde aún más.
Le he enviado un mensaje como todas las mañanas y espero impaciente su respuesta, pero como otros días su mensaje llega por las tardes –Seguramente estuvo ocupada– me digo tantas veces al revisar el celular una y otra vez.
No sé cómo ha estado por el recuerdo de lo sucedido en su pasado y probablemente no pueda entenderla, pero vive en el ayer y eso no nos hacía avanzar. Sus respuestas frías y evasivas no me dejan verla al descubierto.
Y sólo logramos entablar conversación preguntando por qué el estado en mi red social. ¡Ja! ¿Realmente le importará? ¡Da igual! Pero sabía que lo iba a preguntar, tiene esa curiosidad que la hace flaquear y a mí por el contrario me daña cada día más: veo su foto o estado y trato de descifrar qué pasa por su mente o peor aún, quién estará en su corazón.
En fin, ideas tontas que me dejan vacío, ideas que desaparecen con ver algún mensaje suyo y ver su sonrisa mientras la contemplo en mis recuerdos y por otro instante llegan con más fuerza y estoy perdido.
Día 21 de 100, es una bitácora de lo que logro avanzar o retroceder. Quizá piense que me estoy preparando para alejarme y en cierta forma así es, pero quiero estar bien conmigo porque estoy harto de ser el que falla y quien no ha estado bien después de la separación y aun así prefiero mil veces estar con ella o al menos tenerla cerca hasta que se acaben mis fuerzas y tome el valor para apartarme definitivamente ¿Qué más da? ¡Estoy casi muerto!
Desesperado y sin energía continuo mis días que tienen más de 24 horas. Hoy he tenido mucho trabajo, estoy cansado y aún faltan muchas cosas por hacer y me quedo con más incertidumbre que antes ¿Qué pensará de mi bitácora? ¿Me verá como alguien débil que con tan sólo saber que está aquí me ayuda a no sentirme tan indefenso? ¿Qué necesitará para ser feliz? ¿Necesita qué me vaya para poder continuar?
Al fin termina el día, oscurece el cielo y mi corazón sigue asustado: sigue sin saber cómo dejarla ir, sigue sin saber cómo volver a reconquistarla, sigo y sin embargo no muevo ni un centímetro mi pesada alma que quiere estar en paz, quizá sin ella o en sus brazos y sí, en eso radican mis días…