Publicado en marzo 12th, 2015 | by Cesar Lupus
Día internacional de la mujer. ¿En verdad hay algo que celebrar?
Nos guste o no, usted y yo, estimado lector, así como [email protected] más, existimos… somos en esto que llaman mundo; y si bien no hemos elegido la familia en la que hemos nacido, ni muchas cosas más que condicionan nuestro actual actuar, una de éstas es eso que llaman ser hombre, mujer o como quiera mentarlo (ahora hay tantas subdivisiones de género, en función disque de las diferencias, pero en el fondo son parte de la misma ignorancia); y si comparto esto, es porque hace algunos días se conmemoró o como se lee en la página de las Naciones Unidas, se celebró el Día Internacional de la Mujer[1], palabra (celebrar) que, por cierto, gran parte de la población utiliza; sin embargo, me/le pregunto; primeramente ¿Qué es eso de ser mujer?; por ejemplo, Simoné de Beauvoir decía que no se nace mujer, que se hace; entonces, ¿qué se necesita para ser mujer?, ¿tener una genitalidad específica? ¿Vestir de rosa?, etc; y así, ¿es usted estimada lectora mujer, o se hace…? y pongo esto sobre la mesa, o ¿debería decir en su pantalla?, porque si partimos de este presupuesto, ¿cuántas no mujeres celebraron hoy el día de la mujer? , ¿y cuántas mujeres no fueron celebradas en el día de la no mujer?; o sea, ¿podemos celebrar el día de la mujer en un sistema cuya construcción simbólica es generada por un capitalismo patriarcal?
Si bien la ONU dice que El Día Internacional de la Mujer es una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo… se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre; ¿en verdad hay algo que celebrar?; ¿hay que celebrar que en algunos países de África sean secuestradas y violadas cientos de niñas? ¿Hay que celebrar que en algunos países decenas de mujeres, o quizá cientos, sean desfiguradas con ácido, sólo porque las leyes y la religión dan poder a los varones sobre sus esposas? ¿Hay que celebrar que la desigualdad social lleve a miles o cientos de miles de mujeres a ejercer la prostitución? ¿Hay que celebrar que millones de mujeres sean violentadas psicológica y físicamente dentro de sus hogares? ¿Hay que celebrar que haya una cultura de desprecio contra las mujeres, esto a través de muchas canciones, que algunas hasta usted canta? ¿Hay que celebrar que cada 4,6 minutos una mujer sea violada en México? ¿Hay que celebrar que en México haya 5 feminicidios diariamente?, ¿Hay que celebrar que millones de mujeres sean explotadas laboralmente por unas cuantas personas?; y esto por citar sólo algunos ejemplos; pero si nos deteneos un poco, y analizamos objetivamente este festejo, en verdad ¿se celebra a todas las mujeres o sólo a aquellas de cierto estatus social?
¿Usted cree que le interesa al Presidente de la República o los representantes de las Naciones Unidas?, ¡NO!; cómo cree usted que la prole va a ser invitada a festejar con los gobernantes y mujeres copetudas que en el discurso hablan de la igualdad a la que usted no tiene ni tendrá acceso; quizá hayan sido invitadas ciertas mujeres humildes o indígenas, esto obviamente para la foto, pal feis o pal selfie; pero dejemos esto y vayamos a lo que nos interesa.
Es innegable la batalla que han dado a lo largo de la historia cientos, miles de mujeres, no sólo para lograr igualdad, en muchos aspecto, con los varones, sino para construir un mundo más fraterno; y si bien, tenemos varios hechos históricos que han forzado al sistema a modificar su estructura para aparentar la igualdad, quizá el más mentado, la muerte de las 146 trabajadoras, de entre 14 y 31 años, en el incendio de la fábrica textil “Triangle Shirtwaist Company”, en Nueva York; por lo tanto, debemos entender que no hay nada que celebrar, es decir, si usted agarra cualquier diccionario, lo abre y busca esta palabra, probablemente encuentre que unas de sus acepciones es alegrarse por una cosa o alabarla[2]; ¿usted se alegraría o celebraría la muerte de algún ser querido?, puede que haya alguien que lo haga, pero espero entienda a qué me refiero; entonces NO CELEBRAMOS, CONMEMORAMOS; es decir, traemos a la memoria, o como decía Rosario Castellanos, recordemos hasta que la justicia se siente entre nosotros; y si ya le había preguntado a usted con anterioridad sobre si ¿vale la pena vivir?, al referirme ahora al ¿qué se necesita para ser mujer?, deseo pueda usted analizar, reflexionar, en qué medida estamos condicionados o atados por un pensamiento impuesto, en qué medida nos van formatenado sobre ciertas cosas que no tiene razón de ser, al menos para nosotros.
Claro que debemos de celebrar y conmemorar, ¡celebrar y conmemorar todos los días el que esté usted vivo!, y esta celebración debe ser precisamente una lucha diaria porque se nos respete nuestra forma de ser tal y como es, como ese algo que llaman ser humano, que al igual que muchos seres humanos valemos por el simple hecho de ser, de existir, no por si soy varón o varona, y que debe ser respetado y celebrado en toda su extensión, y no porque lo digan allá arriba, sino porque hay millones que luchamos por respetarnos y respetar a los demás, porque hay millones que queremos ser felices, porque hay millones que queremos un mundo más fraterno, porque hay millones que antes que hombre o mujer… somos seres humanos… ¿sabe? Quizá en el fondo todos tengamos algo de mujer y de hombre, pero no todos somos conscientes de eso… porfavor ¡Atrévase a hacer uso de su propia razón y de verdad conmemore y celebre esa maravilla de la creación que es usted! Y construyamos un mundo donde sea para todos Todo.
[1] http://www.un.org/es/events/womensday/history.shtml
[2] Si atendemos a la etimología de celebrar, encontramos que esta viene del verbo latino celebrare, que si bien significa visitar en gran número o frecuentar en gran tropel, este se transformó en el que conocemos ahora como festejar, alegrarse.