El coleccionista de corazones rotos
En un estante colocas a las hermosas muñecas de porcelana; y en el estante contiguo tienes frascos de vidrio con cada pedazo de sus corazones. A eso te dedicas; a hacer crecer la colección.
Un día te encuentras con una muñeca que te resulta hermosa, y por un tiempo te dedicas a idolatrarla… Hasta que te aseguras de que es tuya, entonces la tomas y la usas de compañía, presumiéndole al mundo tu nueva adquisición, Y la pobre muñeca hermosa, inocente y crédula, disfruta de toda tu atención, todo es felicidad y amor y blah blah blah… Hasta que te empiezas a aburrir de jugar con la misma muñeca, e inicias la búsqueda de una nueva, pero, sin dejar de usar a la anterior, y así, hasta que un día encuentras a una muñeca más bonita. Y tu ambición te hace olvidar lo perfecta que es la que ya tienes.
Es entonces cuando la aún hermosa, pero ahora usada muñeca, conoce el cuarto de tu enferma obsesión. Al que tú la conduces con engaños. Ese cuarto oscuro, sin ventanas, con sólo dos estantes y una luz que solo tú enciendes y apagas cuando quieres. Tu ingenua y bien entrenada muñeca, entrará a la habitación, le sorprende la oscuridad, ese tipo de oscuridad que parece ser impenetrable; entonces tú prendes la luz, que aunque es tenue, le permite ver lo que hay dentro… Primero ve el estante en donde se encuentran todas esas muñecas tristes, colocadas en orden, un orden en el que uno no suele acomodar las cosas, cada muñeca es más hermosa que la anterior.
Entonces, ella desvía su mirada al otro estante, no comprende bien qué es lo que contienen todos eso frascos de vidrio, parecen trozos de algo, algo de un rojo inusual, un rojo que le resulta hermoso pero que logra erizarle la piel.
Tu vulnerable muñeca se siente incómoda e ingenuamente te pide que salgan de la asfixiante habitación, lo que tú sabes pero ella no, es que ya no saldrá, ahora será una muñeca más y sentirá como aún estando en su pecho, haces pedazos su corazón, sentirá como sacas cada pedacito, sin ningún cuidado ni preocupación, y entonces entenderá que era la cosa de un rojo hermoso que brillaba en los frascos. Ahora ella también estará en ese estante junto a todas las demás muñecas de cara triste, ahora ella será la más hermosa de todas, al menos por el momento, ella no sabe que se quedará ahí en la oscuridad.
Mientras tú te paseas con tu nueva y hermosa muñeca.