Lejos de sentirme alguien perfecto(a), hoy sé que soy una persona ll..." /> El dragón y yo… – El Perla Negra

Síguenos en Facebook:


Historias

Publicado en septiembre 3rd, 2015 | by jack's

3

El dragón y yo…

Lejos de sentirme alguien perfecto(a), hoy sé que soy una persona llena de defectos. Hoy sé que soy más fuerte que nunca y que también puedo ser feliz.

Tras haber vivido muchas desafortunadas experiencias en mi vida y al decir en mi vida, no me refiero sólo a mis relaciones amorosas como la mayoría pudiera pensar, estoy hablando de todos los aspectos que la conforman. Hace poco comencé a descubrir que el dragón que custodiaba mi torre era yo, porque yo comencé a construir muros a mí alrededor aislándome de todos, que lejos de hacerme un bien, sólo me estaban atrapando y con esos muros también apareció un dragón.  

Cuentas Netflix

Era grande, imponente y parecía no tener ninguna debilidad, era “perfecto” pero si bien la perfección es algo que a la vez es un defecto, eso era mi dragón, una tremenda imperfección en mi vida, o eso creía yo. No permitía que nadie se acercara y ahí de aquel que quisiera entrar a mi torre… Porque la custodiaba con mucho recelo; pronto encontré refugio en lo más alto y en plena soledad, lo tenía todo, pero a no tenía a nadie; como diría Yolanda en la Biblia del Diablo: ¡Da igual todo lo malo que pueda pasar, el amor lo hará soportable y aunque lo que pase sea bueno, sin amor no tendrá valor¡

Con el paso de los días comencé a observar al dragón y a acercarme,  fui descubriendo que no era tan malo como parecía, realmente no era malo; sólo estaba enojado; tenía mucha furia acumulada ¿cómo  no iba a estar enojado, triste, lleno de dolor y rabia? si hasta ahora sólo pensaban que era una bestia salvaje sin corazón.

Pero no era así, detrás de esa piel escamosa y llena de marcas por las heridas que los “caballeros” habían dejado en él al tratar de matarlo, había una noble alma, detrás de esos afilados dientes y de esos ojos enormes y cafés, de ese rugido imponente, había un dragón lleno de amor. Podía parecer feroz a simple vista  e intimidar a cualquiera, pero no era así, al contrario él vivía con miedo de las personas, pues siempre habían mostrado gran interés en lastimarlo; siempre habían querido “domar a la fiera”

castillo

El dragón al darse cuenta de que  su naturaleza no le permitía a convivir con las personas, comenzó a volverse duro y desconfiado, se alejó de todo y de todos. Cuando me percaté de los sentimientos del dragón poco apoco comencé a cercarme más y más, hasta que nos volvimos amigos o más bien, hasta que hicimos las paces.

Todos tenemos un pasado sin importar que, todos llevamos heridas en nuestro interior; pero somos nosotros quienes debemos escuchar a nuestro dragón y calmarlo, hay que hacer las paces con lo que ya fuimos, para poder convertirnos en lo que queremos ser. Nadie más que nosotros puede hacerlo… Muchas veces cuando tratan de brindarnos ayuda estamos tan cerrados en nosotros mismos que dejamos salir a nuestro dragón interior y dejamos que queme todo a su paso. No hay nadie que pueda domar al dragón, porque a mi parecer, es indomable, sólo podemos coexistir con él, aprender a usarlo cuando sea necesario sin dejar que se apodere de nuestro ser.

Construí una torre tan alta y sin puertas que después ya no sabía cómo salir de ahí, hoy sé que no necesito puertas para salir, pues tengo un dragón que lejos de querer hacerme daño es mi otro yo. Y que no necesito un caballero de brillante armadura en mi vida, pues mi dragón es lo bastante fuerte y fiero como para defenderme. Además de que posee la fuerza necesaria para salir de la torre al lado mío. Porque yo lo amo y me amo a mí.

El dragón soy yo. ¡Y yo soy fuerte! soy una persona autónoma y libre, que ama a su dragón interior. ¿Tú ya conoces a tu dragón? Pero más importante: ¿aceptas que es parte de ti y lo amas? Los humanos no tenemos raíces que nos claven a la tierra y nos nutran de su sustancia fermentada por los muertos, nosotros nos nutrimos con las cenizas que dejan lo que fue consumido por las llamas que lanzo nuestro dragón; tenemos pies para trasladarnos, para huir o viajar, para buscar alimento físico o intelectual.

¿Cuántas malezas y hierbas advenedizas turban la enraizada armonía de lo que supuestamente fue plantado en primer lugar? Cada persona dentro de sí misma debe buscar aquella raíz propia e intransferible que le identifica en el terruño; así evitaremos enredarnos confusamente con frondosidades ajenas a las nuestras. El variopinto follaje y la colorista multiplicidad de flores y frutos, es lo que embellece nuestro entorno porque todos tenemos colores distintos y vibrantes, o regresando al tema del dragón, todos tenemos llamas diferentes. 

Cuentas Netflix


Publicado por



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir ↑