El hombre que yo necesito
Es simple; después de extensos experimentos con múltiples sujetos de prueba he llegado a la conclusión de lo que como mujer necesito y quizá aún más importante, lo que merezco.
Necesito un hombre que sea capaz de complacerme, quiero a mi lado a la persona que sepa corresponderme, no pido el príncipe de cuento de hada, tan fácil como reconocer que merezco ser amada, respetada y mimada de la misma manera en la que yo lo hago, que me entreguen el corazón de la misma manera en la que yo entrego mi espíritu y porqué no, también mi cuerpo, sin escatimar mis recursos, mi tiempo, mis ganas.
Necesito un hombre que sepa enriquecerme , que cada día me enseñe algo nuevo, alguien con quien tomar una copa o un café mientras conversamos de algún tema apasionante. Merezco que me dejen ser, que reconozcan mis talentos, mis logros, mis objetivos alcanzados; no estoy vacía ni tengo la cabeza hueca, tengo sueños, tengo metas.
Necesito un hombre que deje el ego, el orgullo y los prejuicios fuera de casa; que no tenga miedo de llorar, de mostrarse sin poses, que sea capaz de desnudar su alma así como yo desnudo la mía. Merezco ser tratada con delicadeza en mis momentos de vulnerabilidad, que no tenga problema alguno con cocinar para mí si estoy enferma, de coser el botón de mi blusa favorita .
Necesito un hombre que entienda mi sensibilidad, mi naturaleza, la fragilidad que algunas veces puedo irradiar o la fortaleza que me puede llenar exageradamente en ocasiones. Merezco que cariñosamente me hagan notar mis errores, mis defectos; no para bajar mi autoestima, sino para buscar ser cada día una mejor versión de mí misma.
Necesito un hombre que me conquiste cada día, con abrazos, con besos, con palabras de afecto, lejos de todas aquellas muestras de cariño materiales, necesito muestras de cariño sinceras, verdaderas…