El príncipe azul…

Príncipe azul: Altivo, galante y con una sonrisa que detendría masas. Proveniente de una familia acaudalada, de noble y valiente corazón, dispuesto a cruzar mares y desiertos por su doncella. En pocas palabras, el hombre perfecto.

Oh, pequeña ingenua, déjame informarte que no existe tal individuo. Tampoco hay hallazgos de que haya vivido en tiempos anteriores al nuestro, y según mi perspectiva del mundo actual, son remotas las posibilidades de que un día te estos, conozcas uno por la calle, te invite un café, se enamoren, y vivan felices por siempre.

Sin embargo, creo estar segura que el príncipe azul si existe, y hay cientos de ellos habitando este mundo sin fantasía, incluso puede que tengas uno a tu lado. Quizá tenga una barriga prominente, indicios de calvicie, y su vocabulario conste de palabrotas. No es primo de los príncipes de Asturias, tampoco tiene un bello carruaje conducido por elegantes lacayos, no ha cruzado mares ni desiertos por ti, lo mucho que ha hecho es ir a la tiendita de la esquina en la madrugada o bajo el incandescente sol para complacer un antojo tuyo. No es altivo, tal vez no es el más guapo y mucho menos compite por el título de “Soltero codiciado” con el príncipe Harry.

No se acerca ni una décima al prototipo de hombre perfecto y posiblemente creas en este momento que tienes a un sapo. No querida, no subestimes al hombre regordete y despreocupado que está sentado junto a ti. ¡Es un príncipe Azul! Sí, es tu príncipe azul, porque al terminar tu día lo único que anhelas es un beso de él; cuando estas triste o enojada, las únicas palabras que te confortan son las de ese individuo que hace unos momentos consideraste un sapo, ese sapo que te quiere y te acepta tal cual eres, que te sonríe cuando eres todo, menos una princesa.

Te ha visto despeinada, sin maquillaje, llorando y si no me equivoco, al menos en una ocasión te ha visto con grandes cantidades de alcohol corriendo por tus venas. Ha soportado tus ataques de novia psicópata cuanto te pones celosa o te irritas por una tontería que tenía solución, y por si fuera poco te ha soportado estando bajo los efectos del ciclo premenstrual. ¿Quieres que cruce mares y desiertos? ¡JA! Soportar a una mujer en sus días es más que suficiente, aceptémoslo, no somos precisamente unas peritas en dulce durante esos días del mes, cambios bruscos de humor, desquician a cualquiera.

¿Cuándo estas al lado de ese hombre con el que has compartido incontables momentos, te sientes cuidada, mimada, protegida, cómoda, sumamente amada y sobre todo feliz? Sí tu respuesta es SÍ, felicidades has encontrado a tu príncipe azul.

Cambiando la primera definición:

El príncipe azul es aquel hombre que sin importar su aspecto físico, su árbol genealógico y su cuenta de banco, logra que todo el día lleves una sonrisa dibujada en el rostro, que cuando disfrutas de su compañía, gozas de cuidados y mimos. Cuando tienes un problema tienes la certeza de que él estará cuidándote la espalda y te brindara todo el apoyo que necesites.