El vacío de tu ausencia
No pude escribirte durante días, no te encontré en mis dedos, ni en la punta del lápiz, ni siquiera en mis más complejas conexiones intelectuales, no pude escribir sobre ti, tampoco pude hacerlo sobre mí, no pude pensarte, porque caí en la cuenta de que quizás, sólo quizás, ya no te conozco de la misma forma que solía hacerlo.
No sé cuál es ahora tu color favorito o si rezas antes de irte a dormir, tampoco si empezó a gustarte el café por las noches o si sigues usando la camisa que te regalé para aquel cumpleaños… Me olvidé del olor a tu perfume y también si el lunar que tanto me gustaba estaba a la derecha o a la izquierda de tu boca… Me olvidé de cómo se sentía la sensación de tus pies enredados a los míos o tus brazos abrazando mi cintura.
Creo al fin y al cabo, que me acostumbre a tu presencia fundada en recuerdos de lo que solíamos ser y que en éste momento se esfumaron de mi historia…