Estando a tu lado…
Aquella tarde sentados en esa banca, tan nuestra, en aquel parque, que ya sabía bastante de nosotros; era una día tan perfecto, un día especial, todo lo que nos rodeaba en aquel momento, éramos uno solo, se sentía tanta paz, tú, yo, una complementación total; me mirabas y sonreías.
En en ese momento tenía la certeza que ya me amabas. ¿Yo?, yo sentía lo mismo por ti, ese momento especial, una brisa encantadora rodeó mi rostro, por fin rompiste el hielo entre nosotros y pronunciaste: “Te amo, soy sólo tuyo y quiero permanecer por siempre a tu lado”; yo respondí a tu confesión y al contrario de ti, te dije que te amaba, pero de una forma más libre, que no eras mi dueño, que jamás he creído en un para siempre, pero que moría de ganas por que alguien me lo demostrara, no fue por egoísta te lo confesé, sólo que pienso que si de verdad amas a alguien debería ser de una forma más libre, de sostener ese amor sin ninguna atadura.
No es que no quiera ser tuya, al contrario, porque es lo que es lo que más deseo, necesitaba que entendieras que eras libre, eras un ave que decidía por sí solo, pero que yo deseaba estar a tu lado en tus viajes mientras me fuera permitido.
No sabes qué feliz fue aquel momento para mí, tan perfecto tan lleno de sueños, un amor entre nosotros jamás nombrando, tan egoísta ya que sólo nos importábamos mutuamente, no queríamos a nadie más a nuestro lado. Oh, de verdad que adoré aquel momento ,aquel en el que por primera vez pronunciaste un “TE AMO” hacia a mí.
Después de tantas palabras sólo callamos me miraste fijamente, me tomaste de las manos, me acercaste a ti y cuidadosamente rosaste mis labios, mi cuerpo entero respondió a tu tacto, fue mi primer beso, tan dulce y tierno y con una persona tan especial.
En ese momento supe que eras tú y que no podría equivocarme, ni podría ser capaz de irme de tu lado.
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