Esto de estar sin ti…

A veces me canso de todo y de nada; me canso de despertar todos los días y darme cuenta de nuevo que desperté sin ti, sin ni siquiera un mensaje de buenos días y de saber que no pasará, porque yo no estoy ni un centímetro dentro de tu corazón, y me desespero de estar tan desesperada, porque lo he intentado todo y no he podido sacarte de mí.

A veces me canso de estar callada y ausente, de tener la misma mirada perdida de siempre y cuando mis amigos preguntan algo limitarme a contestar con un “sí” o un “no”, a secas, sin prestarles mucha atención, orillándolos a
preguntarme “¿Y ahora que tienes?”; me canso de estar tan acostumbrada a esa pregunta que ya sistematicé y memoricé, esa pequeña mueca en mi sonrisa y esas “Nada, estoy bien”, palabras que salen de mi boca para no tener que dar explicaciones y no tener que preocuparlos más de la cuenta.

A veces me canso de ser tan fría y rehuir a las muestras de cariño de mi padre; me canso de evadir abrazos y sonrisas; a veces me canso de no agradarle a la gente, por gusto, porque a veces me canso de confiar en la gente y también de no hacerlo, me canso de ser tan egoísta y tan existencialista, aunque irónicamente me canso de ser tan noble, al punto que me olvido de mí misma.

Me canso de estar todo el tiempo mal, pretendiendo estar bien con los demás y de incluso insistirme a mí misma en creerlo; me canso de deprimirme constantemente, y también de alegrarme sin razón, sabiendo que cuando esa alegría se vaya, tendré que volver a la realidad y ver lo patética que es mi vida y no hacer nada para que deje de serlo; me canso de los días tan simples y de las noches de insomnio, me canso de no dormir por estar pensado cómo me ocuparé al otro día para no pensarte en ningún minuto, ni siquiera un segundo, llegando el punto en el que me doy cuenta de que todo fue un fracaso, porque de nuevo estás aquí.

A veces me canso de saber que tú eres la razón de todos mis cansancios; me canso de parecer indiferente ante la idea de saberte con ella; me canso de hacerte creer que nada pasa; me canso de no decirte que estoy cansada de guardarme estos sentimientos absurdos hacia ti; me canso de todavía pensarte cada mañana, de beberte en cada café, de fumarte en cada cigarro; me canso de soñarte y al despertar darme cuenta de que es sólo eso, un sueño.

Me canso de esperar cada día que llegue la tarde, para estar muy cansada y dejar de pensarte; me canso de ocupar mi mente en la escuela, de meterme en problemas, para así quedar asfixiada y sólo dejar un pequeño espacio para respirar, para así no dejarte espacio alguno en mi mente. Y me canso de ver que es imposible, me canso de intentarlo y también de ser débil y no hacerlo, dejando que te apoderes completamente de mí; me canso de llorar en la regadera, tratando de buscar respuestas y sólo llegar a más preguntas, preguntas que me atormentan cada día y cada
noche, me canso de estar llena de reproches hacia mí y hacia ti, hacia el destino y la vida, esperando una respuesta y obteniendo de ellos sólo una inminente ausencia.

Porque me canso de saber que te convertiste en una parte importante de mi existencia y me canso de saber que no puedo hacer nada, de sentirme impotente por estar aquí cansada de todo y saber que todo ese cansancio tiene una
estrecha relación contigo y tus manías; me canso de negar estos sentimientos y de saber que de nada serviría aceptarlos de nuevo, porque si te soy sincera muchas veces me canso de quererte y de no dejar de hacerlo.