Esto sentà después de romper contigo…
Es como un frÃo que empieza en tu corazón; se traslapa a las manos. Ahora, mi cabeza se siente frÃa junto con mis manos. Es horrible. Lo he pasado y tiende a repetirse, justo como ahora.
Falta oxÃgeno. Quiero respirar más profundamente; el vacÃo me hace una traqueotomÃa; ¿hay corazón? siento que mi falta de respiración sucumbe en mi pectoral izquierdo; se me van las fuerzas.
Respiro de nuevo, más débil, pero el cuerpo se regenera. A fin de cuentas, el corazón no es una caja de sentimientos y recuerdos intangibles, es fÃsico; es parte de mi cuerpo. Redondeo. DesvarÃo. Ya me acostumbré…
Creo que la mente frÃa piensa a futuro. Me confundo, todo es tan complejo. Quererme a mà mismo implica tener la mente caliente. Eso era ella, yo mismo, por eso la amo tanto. Esa parte de mi narcisismo nos hizo complemento tanto tiempo.
Quiero reclamarle pero, cometà errores de igual manera, aunque no sé cuales son. Ella los calla pero sé que tengo. Sé que los tengo en verdad, aunque no los recuerde. El saber que no estoy libre de ellos hace que tenga ganas de buscarla de nuevo y disculparme por eso. ¿Porqué no soy ella? Quiero verme con sus ojos.
Fue ella. La distancia. Nadie puede con ella; está cargada de negatividad, incertidumbre, desconfianza. Sus curvas peligrosas son lapsos de tiempo en ella.
O ¿fuimos nosotros?…
-Eduardo Pinto