¿Existen las mentiras blancas? ¿O todas son mentiras por igual?
¿Realmente existen las mentiras blancas? ¿En qué momento una mentira deja de ser mala para convertirse en una mentira buena o blanca? Estamos de acuerdo en que todas las mentiras lastiman, sean por omisión, modificando ciertos rasgos o por no querer dañar a la persona, pero no dejan de ser mentiras, y tarde o temprano dolerán cuando salgan a la luz. Una frase que siempre me ha gustado es: «Mátame con la verdad, para que no me destruyas con la mentira».
Si, lo sé, que te mientan duele, el ocultar las cosas no es sinónimo de afecto, como cuando preguntas “¿Por qué me mentiste?” y la típica respuesta: «Es que si te decía la verdad te ibas a enojar». Y al final el resultado es el mismo, con la consecuencia de que la confianza se pierde totalmente, siendo la relación que sea, de pareja, familiar, laboral o de amistad, difícilmente vuelves a creer en sus palabras. Es como el cuento de Pedro y el lobo.
Existen quienes navegan con la bandera de que odian las mentiras, y sucede a veces que precisamente esas personas son quienes terminan mintiendo primero. Si, quizás con remordimiento de conciencia, pero lo hacen.
Sí, hay que aceptar que alguna vez en nuestras vidas todos lo hemos hecho, pero, en lo personal, lo único que me dejó esta lección es que, tarde o temprano, todo sale a la luz, así hayas mentido con la mejor intención, la mentira es la mentira, ocultaste cosas, traicionas la confianza de la otra persona, y al saberlo pasa lo mismo que si hubieses sido sincero desde un principio, o peor.
Vivir en el engaño no es vivir, la relación con los que nos rodean no se fortalece a base de mentiras. Todo lo contrario, te creas mala fama. Los que ya conoces comienzan a alejarse de ti, pues no saben en que momento los engañarás, y las nuevas personas difícilmente se acercarán.
Hay que valorar y poner en una balanza todo, hay que meditar si realmente vale la pena perder la confianza de los que te aprecian, sólo por mentir para no quedar mal, pues como dije anteriormente, tarde o temprano la verdad sale a la luz. Creo que es mejor «lastimar» a la gente con la sinceridad, siempre siendo honestos, obvio hay que utilizar el tacto, saber cómo decir las cosas, y es que muchas veces por ésta razón la mayoría prefiere mentir, porque no sabe cómo decir algo sin ofender ni ser juzgado, pero mil veces es mejor que te critiquen por sincero.
No existen mentiras buenas, al final todas son mentiras, aunque van de grados a grados. Pero al final no importa el tamaño, sino el resultado cuando se sabe la verdad.
Antes de mentir, reflexionemos y tratemos de ponernos en los zapatos del otro, pensemos “¿a mí me gustaría que me ocultaran tal cosa?” Si la respuesta es “No”, entonces ya sabemos cuál camino tomar.