Falsos besos y un amor fingido…

Gracias por haberme dado alas, te lo agradezco infinitamente. Te diría que “a mí últimamente el amor me aburre” pero te estaría mintiendo, mejor me atrevo a decirte que gracias por los besos fingidos, por haber corrompido ese cariño que comencé a sentir por ti.

Tal vez fui una experiencia más para tu aprendizaje de cómo jugar con hombres de buenos sentimientos. Si yo no era lo que esperabas pudiste habérmelo dicho y no dejar que yo hablara, pues suelo ser muy directo, cortante e hiriente.

No fue tan hondo el pozo pues ya voy saliendo de él, razones hay, razones sobran para no seguir pensando en ti. Traté de conquistarte con lo que sé hacer, pero no fue suficiente para poder llamar tu completa atención.

Me entristeció que te hayas burlado de mí, como si fuera algo sencillo de dejar pasar, como si se pudiera tomar a la ligera, como si no me dolió tu juego. Aún no entiendo porque tus besos eran tibios si de fríos sentimientos fuiste.

Y si te conociera voltearía mi cara, sentiría vergüenza, pues igual no sabría de qué modo mirarte; mi mundo destrozado estaba y nadie logró mirarlo excepto tú. No pensé que conociera tu amargo lado; y nunca pensé que alguien como tú me jugará una mala partida.

Qué persona tan perversa fuiste para hacerme sentir de esta manera, qué amor tan fingido, ¿qué cosa tan perversa te hace falta hacer para que yo sueñe contigo?; nunca pensé que unos falsos besos como los tuyos me hicieran necesitar a alguien como tú.