Guardo para ti unos besos deliciosamente verdaderos

Así se empieza de nuevo, con ilusiones y sueños, cubiertos de inocencia al imaginarse impregnado con el aroma de la persona con la que soñamos estar para toda la vida; vivir enamorado de sus gestos, sonrisas, mirada, atenciones y ¿por qué no decirlo? caricias que nos hacen tocar el aterciopelado cielo repentinamente.

¡Qué imaginación la nuestra! Saborear su aroma fresco que tranquiliza nuestro día ajetreado del trabajo, tener un espacio donde podamos saborear esta delicia, con olfato a necesidad de seguir y seguir consumiendo ese aroma que llega a nuestro hogar, formado de trabajo y esmero, donde esta permitido decir te amo porque así se sienta y transmitirlo a quemarropa, mostrando que esta noche como todas las que estemos destinados a compartir, sean únicas, especiales, románticas.

¿Por qué no pensar en esto que queremos a gritos incesantes? Claro que somos capaces de mostrar el camino a nuestra pareja, incluso el darle la bienvenida a este espacio que se nos ha prestado para formar sólidamente lo que nadie podrá vivir, más que nosotros mismos; porque así lo deseamos, sabemos que todo empieza a ser imaginativo, sabes que sí se puede lograr…

Todo depende de la disposición de nosotros mismos y por consecuencia de nuestra pareja, que mostremos lo que somos en realidad, que nos aceptemos tal cual somos sin intentar cambiar cualquier cosa por mínimo que parezca, tener conciencia de que si damos, podemos recibir todo lo que idealizamos y si lo pedimos con muestras de lo que merecemos.

Pero por su puesto que todo puede suceder, al ver tus ojos me siento como un niño que pasa por una juguetería, sentir esa adrenalina que recorre mi piel, sintiendo la necesidad de correr a darte un abrazo, comiéndome la confianza que has depositado en mí. Inyectarnos de pureza y transparencia para que como consecuencia sepas que aquí estoy y que te esperan unos besos con el sabor que siempre has deseado.

Ahora ven aquí, te tengo unos besos con sabor a copo de azúcar, juega con ellos y diviértete; cada vez que los sientas aprenderás bastante de mí y sabiendo que te deseo. Que ningún centímetro nos aleje, por diminuta que sea nuestra distancia, necesito comer de tu aliento con mis manos atadas a tu espalda; sólo después de todo esto, hazme tuyo para siempre, déjame el deseo de volverte a desear mujer, de querer llegar a verte ya… Pero por favor, cómeme a besos… Así no le tendré miedo a nada, estás aquí, te siento… Ahora sí puedo decir te amo y mereces lo mejor de mí.

¿Hoy qué sabor tendrán esos besos que me has guardado mi niña?

Publicado por

LALO BARRERA Solamente aquel que es demasiado fuerte para perdonar, una ofensa sabe "amar". La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.