Ha pasado mucho tiempo…

El día que te fuiste perdí el tiempo buscando respuestas, busqué en historias, recuerdos, hojas de cuaderno, fotos, busqué en la voz de los demás algo que me dijera porque te habías ido… Obtuve muchas respuestas, es cierto, pero ninguna fue la correcta. Incluso si me dieras tú la respuesta, seguiría siendo equivocada, así que llegué a la conclusión de que perdí mucho tiempo buscando algo que no existe.

Perdí tiempo tratando de olvidarte, repitiendo en letanías “no debo pensar en ti” lo que ya era una forma de pensarte, perdí tiempo en charlas, psicólogos, paseos nocturnos, viajes, whisky, sonrisas, brazos ajenos. Todo fue una pérdida de tiempo, no porque la haya pasado mal, sino porque lo hice con el único objetivo de olvidarte, y uno sabe bien que este tipo de amores no se pueden olvidar; no puedes simplemente arrancártelo del corazón, esta tan aferrado a ti que al arrancarlo seguro se llevaría un pedazo de ti .

Entonces me quedé quieta, cuando dejé de buscarte, me encontré a mí.

Y me di cuenta que negarte y odiarte sólo haría mas larga la agonía, así que me reconcilié con tu recuerdo, nos hicimos buenos compañeros, lo qué fuiste alguna vez se quedó dentro de mi, marcándome un par de lecciones y haciéndome reír a ratos. Fui armándome poco a poco, está vez con las piezas correctas, me di el lujo de llenar de flores los espacios que dejaste vacíos y pude volver a nombrarte sin quebrarme.