He decidido ser feliz, nadie más lo hará por mí

Dicen que después de la tormenta viene la calma y ahora lo sé. Después de muchas noches sin dormir por culpa de mil cosas que pasaban por mi cabeza y cada día esperando tu regreso, haciéndome tantas preguntas que no tenían respuesta, hoy he despertado y me he dado cuenta que el dolor se ha ido, que soy más fuerte que antes, que tuve suficiente, que he aprendido y que no quiero que el dolor se vuelva a apoderar de mí.

Uno mismo decide cómo quiere sentirse, cómo quiere vivir y no es fácil. Me tomó tiempo comprenderlo y ahora he tomado la decisión de ser feliz y cuidar de mí, porque creo que nadie más podría hacerlo mejor que yo. He aprendido que se puede ser feliz con las cosas pequeñas y que parecen no tener tanta importancia, todo tiene su ‘’por qué’’, su razón de ser, y en el momento en el que estamos tristes no lo vemos así, no podemos comprender porque las cosas pasaron de tal forma, es como si se nos nublara la razón y nos cuestionamos a cada segundo y pensamos en las diferentes formas en las que las cosas pudieron haber sido, y no sirve de nada, pero al pasar el tiempo te das cuenta que todo se va acomodando y empiezas a encontrar motivos que te hacen sonreír, personas que te valoran y muchas veces más de lo que tu mismo lo haces y te ayudan a seguir creyendo en ti mismo antes que en alguien más.

En los momentos difíciles te das cuenta quiénes son las personas que verdaderamente merecen estar en tu vida y empiezas a pintar de colores tu mundo que se había vuelto gris. Descubres cosas que no sabías de ti y que te hacen feliz, cosas que no sabías que te gustaban o tal vez cosas que dejaste de hacer por esa persona que al final terminó yéndose.

Hay veces en que sólo empezamos a valorar nuestra vida después de que nos pasa algo grave, ya sea a nosotros o a alguien que queremos, cuando la realidad es que debemos valorar la oportunidad de tener un día más de vida, de poder mirar al cielo y contemplar ese hermoso color azul, dejar de quejarnos si hace frío o calor, si está nublado o si hace mucho viento, valorar esas pequeñas cosas, el sol y su radiante luz, las nubes, el viento, la nieve, la lluvia, las estrellas y la luna, los paisajes, una sonrisa, un «te quiero’’, un ‘»te extrañé’’, un »perdón», un ‘’te amo’’, un abrazo, una canción…

Simplemente ser feliz con lo que tienes y luchar por lo que quieres cada día. No dejar tus sueños de lado por nadie y aprender a vivir la vida de la mejor manera. Y como una vez alguien me dijo «debemos construir nuestra vida en base a decisiones inteligentes’».

Yo tomé ya la decisión, me marcho a …ser feliz. ¿Y tú?