Hoy amanecí con ganas de amar
Hoy me desperté con ganas de amar, de dar y compartir, entregarme, de ser tuya más allá de un simple compromiso, sí, de ser tuya justo ahí donde pocos conocen, ser tuya en lo más recóndito de lo que llamo alma, ser de ti y contigo. Hoy me desperté con deseos desenfrenados de acariciarte, besarte sin miramientos, tomarte de la mano y llevarte a volar. Mi mañana estuvo llena de sueños en los que caminábamos por el parque, nos sentábamos en una banca a contarnos historias, nos reíamos y de alguna forma me hacías feliz. Hoy te decía sin que lo supieras que valió la espera.
Pero me di cuenta ésta mañana que deseo con mayor ímpetu ser yo la amada, valorada, de que te entregases, de que volases a mi lado y me vieses como si fuera arte, de que me llevases a cenar y luego me hicieras el amor sin contratiempos, sin recelos, sin mirar el reloj. Hoy desperté con la convicción de que merezco todo lo que he soñado, que «ya me toca» estar en ese lado de la balanza donde la entrega se da en la misma medida que lo hago yo, sin guardarme nada por dentro, con todas las cartas puestas sobre la mesa. Creo que ya es tiempo de recibir parte de lo mucho que he dado.
Va cayendo la noche y sólo espero volver a tener un amanecer lleno de sueños, pero ahora realizados.
