Intentando «vivir»
Sentí como una puñalada al verte pasar con tu amigo, ignorándome como si nunca me hubieras conocido, como si nada hubiera pasado.
Tú sigues igual de guapo, ni cómo negarlo, eso de volver a verte después de tanto tiempo fue un momento tan difícil para mí; no sabía si sonreír o hacer como tú e ignorarte. Por un momento sentí ganas de correr a abrazarte, decirte cuánta falta me habías hecho, ponerte al tanto de todo lo que había pasado en mi vida.
Después de analizar todo lo que había sucedido, me puse a pensar cómo fue que hace algún tiempo te habías fijado en mi.
Una tipa con ojeras por la escuela, nada «femenina» siempre hecha un caos, su cabello tan desarreglado, a la que no le gusta maquillarse, aquella persona que tiene un carácter que a veces ni ella misma entendía.
Justo ahí entrabas tú y me ayudabas a descubrir lo que era mejor para mí.
¿Sabes? daría lo que fuera porque leyeras esto, siempre te decía que eras mucho para mí, yo me declaraba fan de tu sonrisa; esa sonrisa que conquista un mundo entero, de esa mirada tan tierna que aseguraba que todo iba a estar bien, de tu hermoso cabello chinito, de esos brazos que demostraban lo fuerte que eres, de ese modo tan fresa para pedir las cosas.
Para ser honestos, el verte de nuevo solamente reafirmó una cosa… aún sigues siendo el amor de mi vida, aún causas en mi ese nerviosismo como al inicio.
Aunque jamás volví ni tú tampoco, aunque niegue que a veces te extraño o te pienso, por más que intente no pensarte… en las noches mi único deseo es que estés bien, que nunca te falte amor, de ese amor tan puro que yo te ofrecía y que no pude cumplir por completo.
Cuando estoy sola, grito tu nombre y digo: estoy haciendo lo que dijiste, estoy intentando «vivir«.