Junto a él
Está aquí, con la cabeza recostada en mi pecho. Me lanza una mirada tierna y yo le contesto con una sonrisa fingida… si él supiera todo lo que está pasando aquí, muy dentro…
Una lágrima quiere brotar, pero la evito y me reincorporo inmediatamente. No, no frente a él, no podría explicarle que mi alma está devastada, que ya no me queda ni una pizca de alegría, que su compañía no es suficiente y que necesito sus abrazos para aliviar un poco el dolor de mi pecho.
No, no debe saber que mi corazón está hecho pedazos, que me cuesta respirar, que a cada paso me siento como a una piedra enorme cargando. Cómo le explico al hombre a mi lado, que me estoy muriendo. Pero él no debe notarlo. Las nubes no se ven hermosas, y la lluvia ya no me atrae más, me he olvidado de comer, mi higiene deja tanto que desear…
No puedes preocuparte de esas cosas cuando la vida te da la espalda ¿a quién le importa la gente? ¡qué más da si mi cara no está maquillada!. ¡Me estoy muriendo y el hombre a mi lado no debe saberlo!
Quisiera llorar a gritos, sacar esto que siento. Después de estos años, de una bendición frente a dios y dos hijos tan bellos… el amor de mi vida me abandona, no me ama más.