La dicha de tenerte

Cariño, tú has penetrado cada uno de mis poros, te has apoderado de cada espacio de mi corazón y no te ha bastado con eso, sino que también te has instalado en las manecillas del reloj para comenzar a controlar el tiempo; he comenzado a verte por todos lados, cuando camino por las calles, cuando viajo en el autobús, cuando me levanto y hasta cuando cierro los ojos.

Creo que ya no hay duda, estás viviendo en mí y se siente extremadamente bien, pues puedo sentir la plenitud y la gracia de lo que es tenerte en mi vida, de abrazarte y besarte, porque no hay nada mejor que sentir la suavidad de tus labios y la calidez de tu abrazo, es algo parecido a sentir el cielo con las manos o bien, sentir la felicidad en su punto más alto.

Yo te quiero tanto que me alegras hasta con el mínimo sonido de tu voz; sin embargo hay momentos, ocasiones, pequeños espacios de tiempo en los que la tristeza, el miedo, la inseguridad, ¡en fin!, vaya uno a saber qué cosa es lo que me hace sentir así, en los que pienso en la posibilidad de perderte, es ahí cuando el temor me hace su presa y el miedo de verte partir hace que sólo pensarte lejano me duela, mi piel se eriza y mi corazón entra en un frenesí que descontrola hasta la fluidez de mi sangre.

¿Y cómo no habría de asustarme? Si antes de ti lo simple de la vida reinaba en casa y créeme que no exagero cuando digo que te quiero, ¡todo lo contrario! Creo que eso se queda corto para expresar todo lo que siento, ¡Ay cariño mío!… Si tan sólo sintieras lo que mi corazón grita al verte…

En estos momentos yo estaría haciéndote de todo, menos escribiéndote.

Publicado por

Alice Headlight La escritura comenzó a llenar los pequeños espacios de mi vida cuando descubrí lo maravillosa que era; tengo 22 años y he decididó tomar el camino que las letras me indiquen.