La gente va, la gente viene…
La vida transcurre y en todo momento gente nueva tiene la posibilidad de entrar en nuestra vida. Y así como tenemos una puerta de entrada, hay otra de salida.
No todas las personas que forman parte de nuestra vida, están en el mismo lugar. Tenemos un lugarcito reservado para la gente incondicional, como familia y amigos más cercanos. La gente con la que convivimos a diario pero no son tan íntimos, están en otro lugar. La gente que no es muy de nuestro agrado, pero, que por una razón u otra tenemos que convivir con ellos, también tienen su espacio.
Entonces en cualquier momento puede llegar alguien y entrar a tu vida, conociéndolo veras en qué lugar y junto a que personas estará, ósea que tan importante es para ti. Por ejemplo, se necesita de mucha convivencia, de experiencias juntas, de pruebas que te hagan ver que una persona puede estar en el lugar de la gente incondicional. Que claro está es el lugar más difícil de alcanzar. No cualquiera está dentro de ese lugar, hay gente que aparenta estarlo, pero fácilmente regresa al lugar de los no tan importantes.
Que gente entre a tu vida es fácil, sin importar si esta junto a la gente que no te agrada, siempre es bueno, casi siempre es agradable y no causa mayor conflicto. El problema radica con la salida, aunque las salidas tampoco son malas, de hecho si una persona que no es de tu agrado sale de tu vida, no hay mucho que lamentar, quizá hasta festejar podrías. Si gente que está en el punto medio, sale de tu vida, pues si puede que sea triste, pero nada fuera de lo normal. Pero cuando está en el grupo de la gente incondicional no es fácil dejar salir. Para ellos puede que si sea fácil salir, pero, el que tú aceptes la salida, no siempre será sencillo.
En fin, la cosa es que, es parte del ciclo natural de la vida el recibir o despedir gente en todo momento. Podríamos ver a la gente como pequeños ciclos, en ocasiones los ciclos se deben cerrar, no siempre es fácil, pero una vez que vemos la experiencia o el aprendizaje que nos dejan nos damos cuenta de que era necesario.
Así que debemos dar la bienvenida, pero también tenemos que aprender a despedirnos, casi siempre será por nuestro bien, incluso puede ser que no sea definitivo, hay mucha gante que después de mucho tiempo regresa a tu vida.