¿La prima Vera llegó de visita?

¡Llegó la primavera! Y no es que la prima Vera haya venido de vacaciones, no, no, celebramos que ha llegado la estación del año que nos da ganas de estar en plenitud, al menos a los que habitamos el hemisferio norte. Atrás quedó el letargo del invierno, que si bien es una época del año que tiene su magia por las fechas que en ella se celebran, ciertamente, en lo personal, me deja un sabor de aletargamiento.

Al llegar a primavera nos inundamos de estímulos visuales, florecen las flores, los días se hacen más largos, los colores se manifiestan como si de una fiesta se tratase y estas sensaciones externas repercuten claro está en nuestro interior. También brota en nosotros el deseo.

Esta estación ha inspirado a músicos, poetas, pintores, literatos, y por qué no, a ti y a mi seguramente también. La llamada estación del amor nos motiva a exponer los sentimientos que de alguna forma guardábamos, buscamos vernos más atractivos, no sentimos más positivos, reverdecen las ilusiones, los días soleados estimulan las sensaciones, es como un despertar de nuestro entorno. Y el enamoramiento se despierta producto de ciertas hormonas de nuestro cuerpo, el humor cambia sutilmente y nuestro estado de ánimo se revitaliza, nos sentimos más optimistas y llenos de energía y esto ayuda a que seamos más abiertos, comunicativos y a tener una actitud más desenfadada ante los demás.

¿Pero acaso sólo es una frase hecha el decir que la primavera es la estación del amor? Parece que no, que hay algo en el ambiente que nos cambia el humor y nos predispone mejor. La psicóloga Soledad Jorge afirma que, «a partir de este cambio en el contexto, hormonas como la melatonina y la serotonina aumentan su producción. Estas hormonas están vinculadas al estado de ánimo, al sueño y la vigilia. De esta manera, las personas tienden a sentirse mejor emocionalmente. Es así que aumentan las relaciones personales y sexuales». ¿Y quién soy yo para contradecirla? Ante la ciencia me quito el sombrero.

Como toda regla, lo anterior tiene sus excepciones y es que veamos, la manifestación de tanto colorido puede ser contraproducente para aquellas personas que son de naturaleza gris, o para las personas que tienen problemas para establecer vínculos con otras porque se encuentran en un contexto más amenazante. En estos casos, espero que el paso de la misma no sea un calvario y sepan hallar lo extraordinario de ésta época.

Entonces dejemos que la buena vibra que acompaña a la estación del amor nos conquiste y que la «prima-Vera» venga de visita a nuestra vida. Con el sillón de la sala le bastará, ella de todas formas intentará hacernos feliz.