Las palabras…

Palabras…

¿Por qué son tan importantes?

¿La respuesta?

Las palabras no son todo, pero a la vez tampoco son nada.

Las palabras te dan poder y te sumen a lo más hondo de la miseria humana.

Las palabras te hacen inmortal pero también te vuelven un ser efímero.

Las palabras guardan esencia y son el todo a la vez.

Las palabras son verdad y también falsedad.

Las palabras son realidad y son sueño…

Las palabras no se deben guardan en el silencio ni pueden dejarse en el olvido, deben ser dichas con un susurro o con un grito. Es mejor hablar y hacerlo con las palabras erróneas que no decir nada, siempre llega el momento en el que se pueden corregir esos errores ínfimos. Además, siempre existe la posibilidad de acertar en el error y eso demuestra lo más humano de lo humano.

Las palabras equivocadas pueden ser las primeras pero no las ultimas. Es imprescindible que nuestras palabras (en especial las ultimas) sean las más sinceras, las más entrañables y las más locas. La voz es el instrumento con el que el alma se comunica, con la que podemos comunicar lo que necesitamos decir. Si las palabras dichas son de odio, no pueden quedarse así; si son de amor, aun menos deben ser definitivas.

No puede haber nada peor que dejar que las palabras se vayan, guardándolas para “un momento especial”, olvidando que las palabras tiene el poder de hacer especial cualquier momento, y ese momento puede ser tan especial como sinceras sean nuestras voces.