Llévame a donde sólo tú existas
En el terrible silencio de mi habitación, espero pasiva a que las alas de la noche sostengan mis pensamientos e inspiración para hacer de las letras el más ardiente derroche de placer y amor.
Tengo en el tiempo tantas horas para amarte, para recrearte, por eso lo amo y amo también este tiempo en el que me tocó coincidir contigo, mi gran amor.
Te vivo y te tengo suspendido en cada pétalo de las rosas rojas ya secas que un día me regalaste; en el más nítido recuerdo de nosotros dos que recorre mi interior como plasma hirviente; en esta dicha ingrata que se va difuminando cuando cada noche apago la luz para morirme un poco; en el sueño que me lleva hasta tu cielo iluminado sin poder despertarte, pero es ahí cuando en mi sueño te toco.
Y ya no quiero dormir entre la bruma y sentirme como brújula perdida en este horrible mundo sin luz y alegrías por no tener tu presencia, ya no quiero estar en este lugar en donde mi alma te invoca ya cansada y herida por no sentir tu aliento, y sólo deseo con toda el alma transformar en dicha mis minutos y mis horas al pedirte que me lleves a ese espacio que tú ocupas, a ese instante que tú respiras,