Lo que al final entendí…
Terminamos con nuestra historia, cerré este capítulo de mi vida. Me despedí de ti de tal manera que esperé una respuesta de ti pero no fue así, estaba rotundamente equivocado. No sé porqué me mantuve con la falsa esperanza de recibir un mensaje de agradecimiento, unas simples palabras que por lo menos me hicieran sentir que de verdad signifiqué algo para ti. ¿Tú crees que sólo por tener sexo conmigo debería de pensar que me querías?
El sexo no lo es todo en una relación, el sexo no significa “te quiero” o “te amo”. El sexo es un acto de apareamiento, que muchas personas cometen el error de confundirlo con demostrar amor para mentir y mantenernos a su lado como si fuera cierto que nos aman.
Y yo mientras desgarraba mi mente, haciéndola pedazos para dedicarte palabras bonitas, sólo para mantener viva la esperanza de rehacer nuestra relación y tratar de solucionar los problemas; sin embargo todo fue en vano. Era obvio, si no contestabas los mensajes que te enviaba: ¿por qué debí mantener viva esa esperanza?
Por cada letra escrita en cada palabra de una oración yo me torturaba, porque me imaginaba cosas que tal vez pasarían y algunas que no pasarían. A veces pensaba: “bueno tal vez no sabe que contestar”, pero ¿quién no va a saber contestar un mensaje con bonitas palabras de agradecimiento?, sólo hay una respuesta “aquella persona a la cual no le interesas jamás te va a contestar”.
Me haya comportado de la manera que haya sido, déjame decir que mis reacciones derivaban de tus acciones. Fueron tus actos los que llegaron a convertirme en algo nuevo para ti, algo que no fue de tu agrado porque tú esperabas que yo guardará silencio cada que cometías un error así como antes. Y así fuimos cayendo error tras error hasta llegar a un punto en el cual acabamos con todo ese amor que un día nos unió.
Con base en toda esa situación, te pedí una oportunidad de volverlo a intentar y creí que esta vez funcionaría, pero no fue así, me equivoqué. No había interés alguna de tu parte y entonces fue cuando comprendí que yo tenía que alejarme de ti, alejarme de todo aquello que me hacía que te recordara. Tú ya te habías alejado de mí desde hace bastante tiempo, sólo que nunca me lo dijiste y yo ni cuenta me había dado hasta el día de hoy.
No me queda de otra más que agachar la mirada, escribir un último mensaje para un último adiós para seguir de frente con mi vida.
“Si tu idea era que fuéramos amigos con derecho estás equivocada. Soy un hombre al que le gustan las cosas serias. No soy un colibrí para andar de flor en flor. Y lo siento, pero, yo no te puedo ver como una cualquiera, yo te veía como el amor de mi vida, por eso no quise seguir tu juego.”