Estabas igual que siempre, desaliñado con la barba crecida y esa ca..." /> Lo que ocurrió al volverte a ver… – El Perla Negra

Síguenos en Facebook:


Historias

Publicado en junio 17th, 2015 | by Itzel Dueñas

3

Lo que ocurrió al volverte a ver…

Estabas igual que siempre, desaliñado con la barba crecida y esa camiseta que tanto me gusta. Tus ojos me transmitían miles de pensamientos, emociones, recuerdos… Eras el mismo, a pesar de tanto daño. No sabías cómo empezar a decirme todo lo que por tu mente había pasado desde la última vez; como siempre, tu torpeza para describir lo que piensas se hizo presente.

descarga

Yo, conociéndote como a mí misma te di tu tiempo, comenzaste a hablarme y yo a escucharte. Me hablabas y al mismo tiempo no concebía cómo era que estaba frente tuyo. Al principio me di cuenta que yo era la misma, pero no la misma contigo. Mi corazón no palpitaba tan fuerte, ni mi respiración se aceleró. Pero al momento de escucharte otra vez, escuchar las palabras que salían de tu boca, empaparme con el tono de tu voz junto con los gestos que hacía tu cara… Esa cara que recorrí tantas veces con mis dedos, conociendo a la perfección, la lectura de tus expresiones.

Logré darme cuenta que mi cuerpo respondió inmediatamente ante tan delicioso espectáculo. Tal como un animal con tanto tiempo de no haber bebido ese líquido tan vital para la vida, así sintió mi corazón ante la dosis perfecta de tu voz, tu mirada y tu piel. Nada de lo que provocabas en mi había cambiado… Y me sentí decepcionada, indefensa… Vulnerable. Darme cuenta que el tiempo sin ti, no me había servido de nada sino solamente para aceptar tu partida y el hecho de que no podíamos estar juntos, pero nada más.

Mis latidos, mis suspiros, mi pensar, seguían siendo tuyos… Yo seguía siendo tuya. Seguía escuchándote y a pesar de que ponía atención en cada cosa que me decías, te admiraba. Admiraba la forma en la que te movías, los gestos que hacías y los movimientos de tus manos tratando de añadirle expresión a lo que intentabas explicarme, y yo, encantada de tratar de comprenderte. Disfrutaba ese vaivén de emociones y de pensamientos, la dulzura que provocabas en mis venas. Pero al mismo tiempo, cuando lograba caer de nuevo a la realidad, me sentía molesta.

¿Cómo es que después de todo yo aún seguía loca por ti? En mi mente aturdida por tu presencia yo luchaba por comprenderlo, pero era inútil. Estaba hipnotizada, por las curvas de tus facciones, por el tono de tu voz que retumbaba en mis oídos, por el roce de tus manos con las mías. Y yo, disfrutando esa infinita danza de emociones en mi corazón, tristeza, alegría, enojo, decepción, dulzura… Luché por que no lo notaras, que no notaras que seguías vivo en mí…

Cuentas Netflix


Publicado por



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir ↑