Los Nuevos Ricos
En cuestiones sociales correctas siempre he tratado de mantenerme al margen. Una buena línea me persigue desde hace algunos meses, cuellos planchados, pantalones limpios, buen aroma y un peinado casi perfecto; todo esto lo programo a diario en un cuarto sin ventanas, no conozco desde hace meses el brillo del sol para despertar, encerrado en un cubo de concreto con luz artificial he tenido que aprender a reacomodar mis sentidos. Cada esquina de mi cuarto rebota ecos de pensamientos que en su mayoría digo hacia mis adentros, fui poco a poco dejando de gritarlos o de susurrarlos, de lo mío ya ni yo me enteraba.
Algunos nos llaman los chicos del nuevo milenio, pero yo creo no encajar en esa etiqueta. Si pudiera poner una etiqueta al menos a mi persona, sería la de Nuevos Ricos. Los Nuevos Ricos nos identificamos fácilmente en las calles entre nosotros mismos, entre los externos con un poco de dificultad logran en veces entendernos, nos recriminan, nos tachan de locos y hasta nos dicen los sin futuro, y sí, quizá en eso tengan razón y sus palabras tomen sentido.
Somos de donde estamos y no de hacia donde vamos.
¿Esclavos de alguien? Creo que solamente de nosotros mismos.
Las calles nos acomodan bien, sobretodo en los fines de semana. Las madrugadas se nos vuelven días y hemos dejado de creer en los afterhours y en las afterpartys. Los lunes se nos vuelven viernes y los domingos nos saben a sábados de 48 horas.
La canciones tristes nos saben a felicidad y egoístamente dejamos de hablar en singular y la pluralidad nos cae a nosotros como anillo al dedo. ¿Y hoy a dónde le pegamos? ¿Qué plan tenemos para la noche? ¿Llegamos juntos? ¿Allá nos vemos?
Muchos van corriendo apresurados, se fían de la felicidad que pueden alcanzar una vez que lleguen hacia donde ellos creen que van. Nosotros los Nuevos Ricos en cambio nos quedamos muchas veces y ni nos movemos, simplemente disfrutamos el momento; es ahí donde radica nuestra riqueza, en el simple hecho de ser de donde estamos posicionados y valorar todo con lo que contamos, mucho o poco, eso termina siendo lo justo…