Los polos opuestos… ¿Qué tan buena es una relación así?
A menudo escuchamos la frase “los polos opuestos se atraen” cuando dos personas totalmente diferentes coinciden en un mismo sentimiento: el amor. Pero ¿será cierto eso? ¿Qué tan fructífera puede ser una relación donde ambas partes tienen gustos contrarios?
Quizás al principio esto sea interesante, incluso divertido, ya que conocerán cosas, gustos, lugares que nunca imaginaron. Será una relación difícil, complicada, más no imposible. Y sólo saldrán bien librados si hay mucho amor de por medio, pero sobre todo, paciencia y tolerancia, ponerse en los zapatos del otro, además de mucha disposición para adaptarse a los gustos del otro.
Puede que esto sea motivo de discusiones y habrá ocasiones en que no logren ponerse de acuerdo, pero al final se tendrá que llegar a un punto medio. Por ejemplo, si a él le encanta jugar fútbol, pero tú lo odias; tú amas las películas románticas, pero a tu novio le parecen aburridas. Todo está en llegar a un acuerdo, tú lo acompañas a su partido de «fut» y terminando el juego irán al cine a ver la esa película cursi que tanto has esperado. Así, todos ganan, y ambos conocen y se involucran un poco más en lo que al otro le gusta.
Pero ¿esto será siempre así? ¿Qué tanto podemos aguantar cediendo una y otra vez? ¿No será mejor salir con alguien con los mismos gustos para no complicarse tanto la vida? Aunque bueno, ser totalmente iguales tampoco garantiza el éxito, pues muchas veces se cae en la monotonía por hacer siempre lo mismo y llegan a ser sumamente predecibles.
Habrá ocasiones en que no estemos de humor para chutarnos su partido de fútbol, ni él ande tan romántico como para soportar tanta miel derramada en la película. Y si de música se trata, la situación puede complicarse un poco más, pues no es lo mismo ir a un baile de música de banda, que a un alocado concierto de rock, o a una sinfonía de música clásica. Y la cosa se pone peor si nos metemos en cuestiones de religión o resulta que él y toda su familia son carnívoros y la tuya vegetariana.
Y así podemos irnos con miles de ejemplos, algunos van desde lo más sencillo, o quizás hasta absurdo, hasta lo más complicado, donde muchas veces se pone en juego la relación misma.
Y es que al principio, como bien dicen, el enamoramiento lo puede todo y eres capaz de soportar lo inimaginable, de hacer lo que un día juraste que jamás harías, de comer lo que en tu vida probarías y muchas cosas más, pero años después las cosas pueden cambiar. Y es que, tampoco se trata de querer cambiar a la persona, de esperar que con el tiempo modifique sus gustos para agradarnos, pues precisamente todo ese conjunto de gustos, forma de ser, manías, hábitos, excentricidades, etc. fue lo que nos enamoró de nuestra pareja.
Bien dicen, es más fácil cambiar a tu pareja por otro/otra, que esperar a que él/ella cambie en su forma de ser.
Pero bueno, en gustos se rompen géneros, y habrá a quienes les haya ido muy bien, incluso hasta llegar al matrimonio y durar muchos años juntos, así como a aquellos que no pudieron soportar ser tan disparejos. En cuestiones del amor cualquier cosa es posible y sólo sabremos si algo nos funciona arriesgándonos y viviéndolo.
Publicado por
Brenda Cruz Comunicóloga de profesión y por pasión. Amante de la lectura, la cual te lleva a conocer otros mundos, y la escritura, que te hace crear el tuyo. Me encanta la música,pues soy de la idea de que la vida es como una canción,en tonos altos y bajos,a veces movida y a veces lenta, depende lo que quieras bailar. Protectora de los animales,quienes son compañeros en este viaje,y como tal,debemos respetarlos y ayudarlos. Soñadora,pero a veces demasiado realista; amorosa pero en ocasiones huraña; tierna,pero con carácter. Así soy,un collage de sentimientos y emociones contenidos en una sola persona.
