Publicado en marzo 20th, 2015 | by Cesar Lupus
Me gritaron negra. Sobre la diferencia
¿Soy acaso negra me dije? ¿Qué cosa es ser negra?
Y yo no entendí la triste verdad que aquello escondía…
y retrocedí, y retrocedí…
Si en ocasión pasada les compartía que Astor Piazzolla dice que el no busca ser diferente, porque todos somos diferentes, y por otra parte que Hegel reflexiona sobre el deseo de ser reconocido por el otro; atando cabos, habrá que preguntarnos si somos conscientes de nuestra diferencia y sobre todo, de que somos únicos e irrepetibles o, como lo han manejado algunas campañas publicitarias, necesitamos usar cierta prenda de vestir de marca X o Y para serlo.
En este sentido resulta curioso ver a cientos, miles o quizá cientos de miles de seres humanos que buscan ser diferentes sin darse cuenta que están repitiendo el mismo molde de lo que se supone ser diferente significa, desde calzado, ropa, comida, celulares, ropa interior, etc.; e incluso hasta formas de sentir y de amar; y que incluso llegan a odiarse así mismos por no cumplir con los requisitos que el sistema dominante dicta.
¡Me odio por ser gordo! ¡Me odio por ser chaparra! ¡Me odio por no ser blanca! ¡Me odio por no usar…! ¡me odio! ¡me odio! ¡me odio!
Tampoco se trata de dejar de usar aquellos utensilios que las empresas nos venden (aunque muchas veces son innecesarios), me refiero a ser consciente que cada uno de nosotros, como ya lo he dicho, somos únicos e irrepetibles, o puede decirme estimado lector, ¿en qué otra parte del universo hay otro exactamente igual a usted, desde el físico hasta lo que piensa, lo que siente, lo que ama?
El problema estriba en que nuestros niños y niñas son expuestos a esta negación de nosotros, y por consiguiente, de ellos mismos. ¿Ahora entiende una de las importancias de conocerse así mismo?
Así, con el deseo de usted que reflexione que vale por el simple hecho de ser, de existir, independientemente de si es varón, varona, blanco, negro, amarillo, pobre, rico, mexicano, alemán, peruano, chaparro, gorda, fea, guapa, etc.; me permito presentarles a Victoria Santa Cruz y su poema Me gritaron negra, donde una niña negra es juzgada por ser de ese color y a lo que recurre para ser aceptada; pero sobre todo, cómo se acaba aceptando su hecho de ser como es.
¡Celebremos la diferencia! ¡Celebremos la diversidad! ¡Celebremos nuestra autenticidad! ¡Celebremos que somos, que existimos!