Mi extraña forma de amar
“El amor, es un tema complicado para mí, pues tengo una extraña forma de amar. Tal vez no sea extraña, pero en mi vida, no he conocido a alguien que lo haga de tal forma. Vivo el amor en carne viva, como vivo todas las cosas de la vida. La música, un rico helado, la poesía, una linda pintura al óleo, la amistad o una deliciosa taza de café”. Creo que esto te lo dije cuando recién te conocí y pensé que habías entendido a lo que me refería, pero con el paso del tiempo estando a tu lado, me di cuenta de que no fue así… Me equivoqué.
Te conté que una vez que te entregara mi corazón, podías estar seguro que no te defraudaría y te daría hasta más de lo que tengo dentro de mí, así soy. Tú sonreíste, y tomando mis manos heladas por el viento, prometiste que todo estaría bien, que dejara de lado el miedo y lo apostara todo, que no saldría lastimada, y yo te creí.
Y hoy, después de quedarme sólo con las palabras de tus promesas y los pensamientos de que hubiéramos sido si tú me amaras igual, sólo me pregunto ¿Qué hay de malo en mí?, ¿Porque es tan extraña la forma en la que yo quiero?, ¿Acaso es tan difícil querer así? No logro entender cuál es el problema. ¿No hay nadie en la tierra que ame como yo lo hago, como yo amo?, ¿Acaso soy yo lo extraño?, ¿Acaso es malo dar todo de tu ser al ser amado? ¿Es tan malo dar hasta quedarte vacío? Aunque no vacío, sino lleno de satisfacción… Sentirte pleno.
Fundir tu alma con la de él, sentir cómo corre por tus venas y llorar también… Llorar cuando te das cuenta que no hay lo mismo. Que no es lo mismo lo que está enfrente de ti, que no es la misma luz la de sus ojos que brilla en los tuyos. Que no es el mismo temblor el de sus labios que los tuyos al besarle, que no es el mismo llanto al sentirle lejos. Y hoy lloro, lloro al descubrir tan amarga realidad ¿y qué hago yo con esto?
Ojalá fuera como la lluvia que llega, riega y se va. Ojalá pudiera quitarme esta amada pena, dejar de anhelar tu malcriado amor, que me suaviza y me golpea tan fuerte el corazón…