Mi siempre amor inmortal
Tan frío como la nieve, tan enigmático como la noche. Tu pálida piel, tu rostro y tu cuerpo tan intimidante, delgado. Tan llamativo y tan deseable. Estás diseñado para llamar la atención… actúas como un caballero de antigua armadura y hablas en un complejo lenguaje. Tus ojos profundos y verdes que esconden un alma vagabunda y compungida, atormentado pero, enamorado…
Te conocí esta noche en un sucio bar de mala muerte, pero te he soñado más de cien veces durante toda mi vida. Hay algo en ti que es irreal, algo que me obliga a buscarte aunque me das miedo. Percibo el olor a muerte en tus brazos el olor de sangre en tus labios.
Quiero decir no a tu tacto. Quiero huir de ti, alejarme de tu encanto hipnotizante. Soltar esa mano fuerte que sujeta la mía con cierta fuerza. Obligo a mi mente a no pensar en tu sensual cuerpo. A tu forma de verme, de mirarme, de tocarme. Rosas mis labios, susurras palabras que extasían mi alma, mi alma cautiva ya entre tus manos. Sigues caminando mas profundo a la oscuridad de un sendero. Dentro de mi me niego a seguirte, fuera de mí no quiero parar.
«Me perteneces», susurras; «Te he buscado durante tus vidas y te he llamado en tus profundos sueños. Eres hermosa con tu fragilidad, eres bella con tu mortalidad.»
¡Estás maldito! Desterrado y condenado a vagar por el mundo, ¡Hijo de Caín!
Me besan tus labios. Me envuelves en un beso frío. En tu cuerpo muerto. Recorres mi cuello con tus labios rojos. Siento tu respiración bañando mi piel. Tu aliento con aroma a sangre. Mi corazón se acelera cuando unes mi cuerpo al tuyo. Mi piel a tu piel en aquel rincón oscuro. Mi corazón late, no pasa igual con el tuyo.
¡Duele!
Siento tus colmillos traspasando mi carne. De mi cuello brota el sagrado líquido rojo que rejuvenece tu ser, tan muerto y tan frío. Todo se entume. No hay un pensamiento concreto en mi mente. Respiro agitado, no hay lucha al irse la fuerza. Todo se nubla. Eres un vampiro…
Ser de inframundo, condenado, maldito. Me has robado la vida. Saboreaste mi fragilidad. Estás tan frío como este ataúd donde reposa mi cuerpo.
¡Vampiro!
Has de despertarme antes del alba que en tus brazos viviré por siempre y con tu sangre renacerá mi alma. Mi alma cautiva entre el albor y el ocaso.
Hombre de elegante apariencia, hombre de felinos ojos verdes. Frío y vacío. Hombre, muerto, vampiro.