¡No quiero ser una opción en tu vida!
Tal vez esto jamás lo llegarás a leer, mucho menos lo escucharás de mi boca porque sé que no me atreveré a decírtelo nunca.
Lamentablemente he descubierto ese mundo extraño y desconocido que escondías tras tu pasión y me he tardado tanto en ver cómo es que tienes un corazón repartido entre todos esos amores frívolos y carentes de afecto, amores alimentados por llamadas clandestinas y encuentros fortuitos a escondidas.
Amores malgastados en insistentes episodios de palabras repetitivas que dices a unas y a otras sin temor a equivocarte al llamarlas por sus nombres, amores que sustituyes fácilmente cuando uno de ellos no atiende a tus demandas o favores sexuales, amores que recoges y desechas con la misma facilidad, amores en «linea» que duran exactamente el tiempo que dura una ingrata traición… la banalidad se ha apoderado de ti, porque vi que tu mundo es frágil y lleno de vacío que no logras colmar.
Sé que dentro de ti quisieras poder creer en mis palabras de amor, pero ése es demasiado brillante para el mundo obscuro donde te gusta habitar; quizá sea porque jamás alguien te había amado tal como lo he hecho yo. ¡Por qué te es tan difícil elegir entre un verdadero amor como el mío al que jamás terminarías por enunciarlo, y prefieres esos momentos de placer que duran 40 minutos, no más, dejándote después de su paso más soledad que ilusión, más vacío que disfrute?…
Sólo te pido perdón por no continuar, pero no me gustó ni quiero ser una opción más en tu vida.