No te enamores del viento
Por fin entendí que eres un ave de grandes alas, no viajas con equipaje porque en tu vuelo no aceptas peajes.
Por fin caí en cuenta que tú no echas raíces, prefieres vivir en las ramas para que el viento sople sobre tu cara.
Comprendí que haces pequeños y constantes viajes alrededor del universo, por lo tanto, tu tiempo no es de nadie, ni siquiera tuyo.
Tienes un hogar solitario que a simple vista parece vacío, pero en realidad está lleno, tan lleno de ti, lleno de tu esencia aventurera y parrandera, pero tan solitaria y unitaria…
He comprendido que mi breve participación ha llegado a su conclusión. El telón ha bajado, las luces se han apagado, ya no figuro más en tu programa, ya las butacas están vacías, todo esfuerzo por quedarme en la obra será en vano.
Ya no hay lugar para un acto final, ya no soy más tu actriz principal, el público se marchó, cansado de tanto aplaudir quedó, la obra terminó, simplemente terminó… Y no haré dramas, ni usaré artimañas, esta vez no armaré los pedazos rotos que dejó tu karma, no habrá más canciones con tu nombre ni versos con sabor a tus besos, basta de poesía barata, basta de desperdiciar palabras.
Esta vez no rogaré, tampoco imploraré, ni mucho menos lloraré. ¡No! Pues todo el tiempo estuve consciente, siempre supe que todo esto terminaría, aunque claro, mi esperanza jamás moriría; y aquí estoy, redactándote entre líneas escondidas, camuflando el deseo frustrado que al abrir los ojos se ha suicidado.
Aquí me tiene, aparcando el sabor amargo de los besos que de su boca emanaron, quemado lenta y suavemente el contorno de mis labios.
¡Y no! ¡Yo no me arrepiento! Es más, si pudiera lo estaría repitiendo justo en este momento, yo no me arrepiento de haberme perdido en su mirada, ni me avergüenza decirle que sobre su pecho me regozaría, volvería a pecar una y mil veces más, podría seguir contándole las pecas de su cuerpo, besarle sin cesar la espalda y toda la geografía de su delirante anatomía.
Y no sólo es mi fantasía la que grita sin control estas rimas sin sentido que me tienen en furor, sepa que detrás de cada letra, existe un gran muro de contención, apretando fuertemente mi corazón y mi mente para no provocarle ninguna mala sensación.
Es así como esta noche le digo adiós, gracias por su actuación, me convenció, atrapó mi atención y cortó mi respiración. Gracias, la función ha llegado a su final… Colorín colorado, este cuento ya fue contado…