Nota para una noche de pasión

Entrar en esta habitación apenas iluminada por el danzante y pequeño fuego, que derrite las velas que son bastas y que circulan esa cama antigua. Esa cama con pabellones blancos y sábanas del mismo tono hechas en seda. Regados en ella pétalos de rosas rojas, pañuelos a un lado. Un vino tinto que espera en la copa para ser bebido. Y entre todo este indecoroso escenario estás tú, con tus inmorales ojos verdes, con esa mirada que parece desnudar el cuerpo la piel.

Me acercas la copa, bebemos un rato mientras tu pecho fuerte se asoma por tu camisa entre abierta. Es claro lo que ese escenario representa en la historia y sé el desenlace de aquello. Si, estoy temblando, pues al final del día pueden suceder una de dos cosas. Que me impregne tu esencia y me ancle a ti, o que este sea el principio y el fin. Sin pensar consecuencias pues arruina el momento te dejo besarme suave y lento poco a poco aumentando el tono.

Siento tu lengua inquieta y tus manos resbalando por torso, mi cintura, mi cadera, y en lugares secretos. Deslizas mi cierre. Bajas mi vestido. Tus manos fuertes acarician mi cuerpo. Mis senos se oprimen en tu pecho que ya has desnudado y los corazones están juntos latiendo. El tuyo con tranquilidad, el mío acelerado.

Luces como experto. En la cama tendida está mi cuerpo, desnudo ante tus ojos que lucen fieros. Tus manos curiosas, tu lengua que incita al deseo. Atas mis manos a la cabecera. Dejándome un tanto indefensa mientras recorres cada centímetro de mi piel.

Luces enajenado y perdido. Me susurras palabras eróticas y pasionales. Me sujetas fuerte y en ese momento te haces uno conmigo. Me tomas, me haces tuya. Me llevas al cielo pero los dos estamos condenados. Eres un sublime pecado. Me haces tuya a plenitud y gusto. A tu plena conciencia y placer. A tu plena conciencia, porque la mía me abandono en el primer beso. Duele, gusta y de disfruta. Eres mío y te puedo sentir completamente.

Minuto tras minuto, nada existe en el mundo que nuestras sombras amándose. Nuestros cuerpos gozándose, nuestras almas atándose. Hacemos el amor una y otra vez sin control ni medida. En el último éxtasis entonces quedo dormidas en tu pecho de hombre, en tus brazos cálidos y fuertes…

Ante la luz del sol que pega directo a mis ojos y lastima la vista; despierto de un sueño. El sueño más real de mis ocultos deseos. Sujeta a la almohada que figuraba aquel pecho sobre el que me quedé dormida. Tus verdes ojos, tu cuerpo precioso no están en mi cama. Todo fue sólo un sueño.

Te veré en un par de horas y me sonrojaré en tu presencia. Pero no pasaré otra noche en sosobra anhelando tenerte. Por eso te escribo esta ‘nota’, te describo el escenario. La pasión que te espera. Sé que lo has deseado y te dejo las puertas abiertas, no temas pues no te diré que no, ni en cuerpo ni en alma.

El telón esta abierto, te he escrito la historia, tu cuerpo y mi cuerpo están en espera. Y el desenlace lo escribirás tú, a libertad y placer.

Bienvenido a la obra. Te pinté el escenario. Vamos… ¡Dale acción!

Publicado por

Edith Neri Lic. En Ciencias de la Comunicación. Amante de la lectura, el cine y la música. Amante también de lo gótico, terror y suspenso. Enamorada del amor y la muerte. Mi pasión escribir. Mi cita favorita " ...Todo lo que he amado, lo he amado solo" (Fragmento del poema "Alone" de Edgar Allan Poe)