¿Para qué hablar de amor?
¿Para qué hablar de amor? ¿ Para qué dedicarle poemas al amor?
«Eres amarga», me han dicho. «Los viejos amores mermaron en ti y te jodieron la vida»,»dolida, decepcionada, ardida».
¡Estoy jodida!, pero eso ya no es sorpresa para nadie. El amor es en mi vida un cúmulo de ilusiones falsas, ilusiones escritas en libros que ardieron en antiguas pasiones. No hay cuentos de hadas ni príncipes azules, ya no creo en las farsas, ya no creo en la mierda.
He escuchado poemas y palabras bonitas a lo largo de casi toda mi vida, haciendo recuentos fueron malos cuentos y terminé por amar la soledad a tal grado de no querer perderla jamás y deseo yacer en sus fríos brazos.
No me importa volver a sentir el calor del cuerpo de otro ser, al final de la historia extrañaré ese cuerpo el día que se marche y prefiero no extrañar. Vamos ahorrándonos lágrimas y también letanías. Vivir sin amor no es un drama, no es estar amargada sino convencida de lo que ya no se quiere, de lo que no debe repetirse.
No es decepción, es coherencia. Soy masoquista pero no suicida. No estoy dolida, ninguna persona tiene el privilegio de que la odie toda mi vida, eso es un premio y los malos hombres y las malas mujeres, no merecen ser ya recordados.
No amo porque no quiero y no entro en sentimentalismos, porque no soy dramática. Me gusta sentir coraje y me alegra tener este maldito genio. Tengo el rostro de ogra pero no me importa caer muy bien. Sí, quiero estar sola, no quiero amar y tampoco es miedo, yo ya no temo al corazón roto, pero es probable que romperé el de alguien más.
Ya no tengo careta, ni poses de niña buena, porque ya no lo soy. No soy una luchona, ni guerrera ni mucho menos «cabrona» en el peor de los conceptos. Pero nací controversial y me gusta serlo. No hay en esta época tiempo de amar, porque mi forma de amar es sublime, de la que ya no se profesa y no tiene caso perder el tiempo intentando reescribir recogiendo migajas de historia.
¿Para qué hablar de amor? dime ¿Qué puedes prometer que no me hayan dicho? ¿Qué puedes hacer que revolucione mi mundo?
Hablar de amor es como pedirle al viento que sople hacia un solo lado y que la mar mantenga quietud en medio de un huracán. El amor es un sueño imposible, imposible.
Vas a mirarme con ojos escrupulosos e inquisitivos, te atreverás a preguntar «¿Cómo una chica tan linda no tiene amor?» Y mi respuesta es muy simple: «Porque esta linda chica, ya no quiere lo que tú llamas amor»
¿Hablamos de amor? Le jugamos al tonto. No entendemos conceptos, y lo que es peor, no sabemos sentir amor.